
💬 “Si quieres saber qué es la alimentación emocional, decirte que no nace del hambre del cuerpo, sino del vacío del alma que busca consuelo en lo que puede, cuando no encuentra paz en lo que siente.” – Psicólogo Emocional Online 🌿
En los momentos más oscuros, cualquier alivio es bienvenido. Hay ocasiones en que sufrimos un gran nivel de angustia, o de tristeza, que nos empuja a buscar esa pequeña recompensa que nos ayude a salir de ese vacío, y a menudo son los alimentos. Saber qué es la alimentación emocional nos lleva a comprender que es un mecanismo de afrontamiento emocional.
La comida puede parecer una solución muy rápida y temporal para poder lidiar con nuestras emociones más incómodas y negativas. La persona que sufre un hambre emocional puede experimentar un alivio momentáneo después de comer, pero en seguida aparecen los sentimientos de culpa, arrepentimiento o frustración. Es una bomba para nuestro bienestar emocional, y sobre todo para nuestra autoestima, y cómo nos relacionamos con la comida. En este artículo veremos qué es la alimentación emocional.
Qué es la alimentación emocional
Podríamos definir la alimentación emocional como una necesidad mental y emocional de comer ciertos alimentos, buscando un alivio a ciertas emociones negativas, como es la angustia, el estrés, o la tristeza. Para comprender qué es la alimentación emocional, decir que se basa en comportamientos que incluyen episodios de comer en exceso o ingerir alimentos muy pocos saludables, que puedes proporcionar un alivio pasajero, pero que nunca soluciona ningún problema subyacente.
El hambre emocional nunca responde a señales de hambre física, sino que está asociada a los estímulos externos o internos que nos afectan a nivel emocional. La comida, en estos casos, se convierte en una forma de llenar vacíos emocionales, que puede llevarnos a un ciclo insano que puede afectarnos tanto a nivel emocional como físico. Por ese motivo, es esencial comprender qué es el hambre emocional, porque se puede convertir en una adicción alimentaria.
La alimentación emocional es el acto de comer en respuesta a las emociones en lugar del hambre física. Cuando comemos emocionalmente, no estamos comiendo porque nuestro cuerpo necesita combustible, sino porque estamos tratando de satisfacer una necesidad emocional. Esto puede ser el resultado de una variedad de emociones, como el estrés, la ansiedad, la tristeza o el aburrimiento. En lugar de abordar la causa subyacente de nuestras emociones, recurrimos a la comida como una forma de sentirnos mejor. Es la relación que hay entre emociones y alimentación.
Nuestros hábitos alimenticios pueden ser directamente influenciados por nuestras emociones, lo que refleja la alimentación emocional como un fenómeno. Comer no es solo para satisfacer el hambre, sino también buscar consuelo o escapar de emociones como la tristeza, el estrés, la ansiedad o el aburrimiento. Este tipo de dieta puede llevar a consumir más alimentos de los necesarios para el cuerpo, generalmente optando por aquellos altos en azúcares, grasas y calorías, que dan una satisfacción rápida, pero pueden tener efectos negativos a largo plazo en la salud, como el sobrepeso y la obesidad. Son las consecuencias de la relación entre emociones y alimentación.
Es crucial identificar la alimentación emocional y distinguirla del hambre física. El hambre emocional se presenta de manera repentina y con un deseo específico de ciertos alimentos reconfortantes, a diferencia del hambre física que surge gradualmente y puede ser saciada con cualquier tipo de alimento. Comer por emociones a menudo no conduce a sentirse satisfecho, y puede provocar sentimientos de culpa o vergüenza después de comer en exceso.
Es fundamental controlar la alimentación emocional para mantener una relación saludable con la comida y nuestras emociones. Esto puede involucrar prácticas como la meditación consciente, que nos permite estar atentos a nuestras emociones y a las señales de hambre de nuestro cuerpo, evitando comer impulsivamente. Buscando estrategias alternativas como la actividad física, la meditación o el apoyo de un amigo o profesional en salud mental también puede ser útil para manejar las emociones. Debemos romper la unión entre emociones y alimentación.
Diferencias entre hambre física y hambre emocional
| Hambre física | Hambre emocional |
|---|---|
| Surge de manera gradual y se asocia con la necesidad real de nutrir el cuerpo. Es una señal biológica que indica que el organismo necesita energía. | Aparece repentinamente y está relacionada con emociones como ansiedad, tristeza o aburrimiento. Se busca comer para calmar esas emociones. |
| Va acompañada de señales corporales como el estómago vacío, ruidos intestinales, fatiga o irritabilidad. | No presenta síntomas físicos. Se siente más en la mente que en el cuerpo, en forma de impulsos o antojos específicos. |
| Puede esperar o posponerse hasta encontrar un momento adecuado para alimentarse. | Se siente urgente e incontrolable, conduciendo al consumo impulsivo de alimentos. |
| Se detiene al estar saciado, sin necesidad de comer en exceso. La saciedad proporciona bienestar. | No se detiene fácilmente; se puede comer más allá de la saciedad, generando culpa o arrepentimiento después de comer. |
| No discrimina alimentos, cualquier comida puede satisfacerla, siempre que nutra adecuadamente. | Se enfoca en alimentos específicos y reconfortantes, como dulces, fritos o comida altamente calórica. |
| Comer satisface y devuelve la energía al cuerpo, provocando una sensación de calma y equilibrio. | El alivio es temporal y no soluciona la causa emocional, perpetuando el ciclo de malestar. |
| Se gestiona escuchando las necesidades del cuerpo y practicando una alimentación consciente. | Requiere identificar las emociones subyacentes y aprender estrategias de manejo emocional sin recurrir a la comida. |
Señales de la alimentación emocional
Cuando vamos comprendiendo qué es la alimentación emocional, también entendemos que es un fenómeno muy habitual, y que todos hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas. Porque todos hemos sufrido, y todos hemos buscado el consuelo donde no lo hay. Reconocer las señales del hambre emocional nunca es sencillo, aunque es vital para poder afrontarla. Pero existen algunas señales muy comunes que nos pueden ayudar a identificarla. Y estas son:
- Tener hambre de una forma constante, más aún cuando nos encontramos muy nerviosos o angustiados.
- Comer aunque no se tenga una hambre física y real.
- Anhelar ciertos alimentos, como puede ser algo dulce o comida rápida.
- Necesitas comer como respuesta a emociones negativas.
- Sentirse culpable o sentir vergüenza justo después de comer.
- Ingerir alimentos de forma impulsiva, sin saborear ni disfrutar de la comida.
- Usar la comida como método de alivio contra el estrés o el aburrimiento.
Si queremos romper el ciclo de hambre emocional, debemos saber qué es la alimentación emocional, reconocer sus señales más comunes, y empezar a buscar ayuda para desarrollar una relación mucho más saludable con la comida. Debe ser una búsqueda consciente de toda la ayuda y el apoyo que podemos necesitar en esos momentos.
Causas de la alimentación emocional
Para comprender mejor qué es la alimentación emocional, tenemos que detenernos a descubrir sus causas, que pueden ser muy variadas y complejas. A continuación veremos las causas más comunes de este tipo de alimentación basada en las emociones. Y estas son:
- Estrés. Cuando estamos expuestos a un gran nivel de estrés y de presión, tendemos a buscar algo que nos pueda aliviar, y calmar en esos momentos. Ciertos alimentos pueden percibirse como un consuelo a toda esa tensión que estamos acumulando.
- No gestionar las emociones. Ser incapaces de poder gestionar todo aquello que sentimos en cada momento, puede llevarnos a sentirnos tan mal y tan angustiados que podemos llegar a buscar ese consuelo en la comida. Esos estados emocionales nos llevan al hambre emocional.
- Costumbres familiares. En muchas dinámicas familiares, la comida puede utilizarse como premio o castigo. Este hecho puede hacer que podamos asumir que, en momentos adversos y difíciles, ciertos alimentos pueden ser un premio o un consuelo.
- Falta de sueño. Cuando estamos realmente cansados, los niveles de cortisol pueden aumentar, lo que también hace que aumente nuestro deseo de consumir alimentos altos en azúcares o grasas saturadas.
- Presión social. Actualmente, el tipo de ingesta va asociado al éxito social. Este hecho puede influir de forma fulminante en la relación emocional que se tiene con la comida.
Todas estas causas nos ayudan a entender qué es la alimentación emocional, pudiendo considerar que es un fenómeno que va más allá del acto de comer, viéndose involucrado tanto los aspectos psicológicos como sociales. Es importante saber a qué nos enfrentamos para mejorar nuestra relación con la comida.
Cómo nos afecta la alimentación emocional
La alimentación emocional puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental. En primer lugar, puede llevar a un aumento de peso y a problemas de salud relacionados con la obesidad. Además, puede afectar nuestra autoestima y hacernos sentir mal con nosotros mismos. También puede ser un ciclo vicioso: comemos emocionalmente para sentirnos mejor, pero luego nos sentimos peor por haber comido en exceso. Así nos afecta la relación entre emociones y alimentación.
En términos de salud mental, la alimentación emocional puede ser un síntoma de trastornos alimentarios como la bulimia o la anorexia. También puede ser un signo de depresión o ansiedad. Si bien la comida puede proporcionar un alivio temporal, no aborda la causa subyacente de nuestras emociones y puede llevar a una dependencia poco saludable de la comida como una forma de hacer frente a nuestras emociones. Así nos afecta la asociación entre emociones y alimentación.
Consecuencias psicológicas de la alimentación emocional
Ahora que podemos entender mejor qué es la alimentación emocional, repasaremos las consecuencias psicológicas más comunes de este tipo de alimentación. Como solemos a veces de tratar de gestionar nuestras emociones a través de aquello que comemos, podemos entrar un ciclo de comer para consolarnos. Pero posteriormente podemos sentirnos muy mal debido a la culpa o incluso a la vergüenza. Y entre las consecuencias más comunes, encontramos:
- Baja autoestima. Si comenzamos a dejarnos llevar por la necesidad de comer para apaciguar aquello que sentimos, podemos llegar a cuestionar todo lo que somos, y nuestra valía. Nos percibiremos como personas incapaces de controlarnos, y es entonces cuando nos veremos como personas poco valiosas, y desarrollaremos una autoestima dañada.
- Estrés y ansiedad. Cuando no podemos controlarnos, y necesitamos imperiosamente comer algún tipo de alimento insano, nos genera una gran angustia y tensión, que hará que nuestros niveles de estrés se eleven por completo. Ese mismo estrés prolongado en el tiempo, hará que desarrollemos la temida ansiedad.
- Depresión. Si empezamos a vernos subyugados a la comida para sentirnos bien, puede hacer que suframos una profunda tristeza que puede llevarnos a padecer un cuadro depresivo grave. Es tal la desesperación y la frustración que se padece en esos momentos, que puede destruirnos nuestro estado de ánimo.
- Aislamiento social. Las personas que pierden el control acerca de lo que comen, suelen aislarse porque temen ser juzgados o criticados, haciendo sus ingestas emocionales en soledad y alejados de todos.
Al averiguar qué es la alimentación emocional, tenemos que comprender que ese tipo de comportamientos puede llevarnos a padecer ciertos trastornos de la conducta alimentaria, como puede ser el trastorno por atracón, o la bulimia.

💬 “La alimentación emocional es ese intento silencioso de llenar con comida lo que en realidad necesita comprensión, calma y amor propio.”- Psicólogo Emocional Online 🌿
Cómo se relacionan las emociones y la alimentación
La relación entre las emociones y la alimentación es compleja y multifacética. En algunos casos, nuestras emociones pueden influir en lo que comemos. Por ejemplo, cuando estamos estresados, es posible que nos sintamos más inclinados a comer alimentos ricos en grasas y azúcares. En otros casos, lo que comemos puede afectar nuestras emociones. Por ejemplo, comer alimentos saludables puede mejorar nuestro estado de ánimo y reducir los sentimientos de ansiedad y depresión.
Además, nuestras emociones pueden afectar la forma en que comemos. Cuando estamos tristes o ansiosos, es posible que comamos más rápido o que no prestemos atención a lo que estamos comiendo. Esto puede llevar a comer en exceso y a una mala digestión. Así se relacionan las emociones y alimentación.
Cómo gestionar la alimentación emocional
Hay varias estrategias que podemos utilizar para gestionar la alimentación emocional. En primer lugar, es importante identificar las emociones que nos llevan a comer emocionalmente. Una vez que identificamos estas emociones, podemos trabajar en abordar la causa subyacente de nuestras emociones en lugar de recurrir a la comida como una forma de sentirnos mejor. Debemos tomar la decisión de romper el círculo: emociones y alimentación.
También es importante aprender a reconocer la diferencia entre el hambre física y el hambre emocional. Cuando sentimos hambre emocional, es posible que tengamos antojos específicos o que queramos comer algo en particular. Cuando sentimos hambre física, nuestro cuerpo nos enviará señales como el estómago gruñendo o la sensación de debilidad.
Otras estrategias para gestionar la alimentación emocional, y romper la asociación de emociones y alimentación, incluyen:
- Practicar la atención plena al comer, prestando atención a los sabores, texturas y olores de los alimentos.
- Hacer ejercicio regularmente para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
- Buscar apoyo emocional de amigos, familiares o un terapeuta.
- Evitar tener alimentos poco saludables en casa para reducir la tentación.
- Buscar alternativas saludables para satisfacer las necesidades emocionales, como hacer una actividad relajante o hablar con un amigo.
Cómo afrontar la alimentación emocional
Ya sabemos qué es la alimentación emocional, y es ahora cuando nos centraremos en cómo podemos abordarla. No es una tarea sencilla, pero se puede tratar y superar. A continuación repasaremos algunas estrategias psicológicas que nos pueden ayudar en ello. Y estas son:
- Identificar nuestras emociones. Es importante que sepamos identificar qué emociones nos llevan a querer comer ciertos alimentos, en ciertos momentos. Este es el primer paso para poder reconocer el problema, y poder pedir toda la ayuda que podemos llegar a necesitar.
- Busca alternativas saludables. Cada vez que tengamos un mal día, o estemos atravesando un mal momento, y tengamos esa imperiosa necesidad de comer según qué alimentos, podemos cambiar el enfoque de nuestra mente, practicando cualquier actividad que haga que nos centremos en algo positivo, como es el deporte, o la meditación.
- Tener una relación consciente con la comida. Debemos practicar una alimentación consciente con la comida, sin agobios ni angustia. Tenemos que aprender a comer lo más sano posible, y si tenemos algún capricho que no sea por necesidad, ni porque estemos mal anímicamente. Hay que disfrutar de los alimentos, y no comer para tener un consuelo.
- Organizar las comidas. Tener una pautas en las comidas y cierta organización nos puede ayudar a la hora de no improvisar, y no caer en episodios de hambre emocional.
- Busca apoyo. Es esencial que puedas tener el apoyo de tus seres queridos, como amigos y familiares. Explícales qué te pasa, y de ese modo podrás tener su ayuda. Sentirse arropado nos puede ayudar a mejorar nuestra relación con la comida, y encontrar nuestro bienestar emocional.
- Apostar por la terapia. No hay mejor herramienta para saber gestionar las emociones que la terapia. Gracias a ella podrás sanar todas tus heridas, mejorar tu autoestima, y aprender a tener una relación mejor con la comida.

💬 “La terapia online te ayuda a entender tu alimentación emocional, a sanar desde la raíz y a encontrar en ti el equilibrio que la comida no puede dar.”- Psicólogo Emocional Online 🍃
Beneficios de la Terapia Online para afrontar la alimentación emocional
Sabiendo qué es la alimentación emocional, tenemos que comprender que el tratamiento de la alimentación emocional depende de la causa subyacente. Si se encuentra una causa médica, se puede tratar esa causa. Si no se encuentra una causa médica, es posible que se te remita a un psicólogo para evaluar si la alimentación emocional está relacionada con factores psicológicos.
La terapia online puede ser una herramienta muy útil para afrontar la alimentación emocional relacionada con factores psicológicos. Algunos de los beneficios de la terapia online incluyen:
- Accesibilidad: La terapia online es accesible desde cualquier lugar con una conexión a Internet, lo que la hace ideal para personas que viven en áreas remotas o que tienen dificultades para desplazarse.
- Comodidad: La terapia online se puede realizar desde la comodidad de tu hogar, lo que la hace ideal para personas que tienen dificultades para salir de casa o que prefieren la privacidad.
- Flexibilidad: La terapia online se puede programar en horarios que sean convenientes para ti, lo que la hace ideal para personas con horarios ocupados.
- Variedad de opciones: La terapia online ofrece una variedad de opciones, desde chat en línea hasta videoconferencias, lo que te permite elegir la opción que mejor se adapte a tus necesidades.
Además, la terapia online puede ofrecer los mismos beneficios que la terapia tradicional, como:
- Identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos.
- Aprender técnicas de relajación y meditación.
- Desarrollar habilidades de afrontamiento.
- Mejorar la comunicación y las relaciones interpersonales.
Si puedes identificar qué es la alimentación emocional, y la experimentas, es importante buscar ayuda profesional. La terapia online puede ser una herramienta muy útil para afrontar la alimentación emocional y sus efectos en la salud. Un psicólogo puede ayudarte a identificar las causas subyacentes de tus síntomas y a desarrollar estrategias para manejarlos. Si la alimentación emocional está afectando tu salud, no dudes en buscar ayuda profesional. Para tomar esa decisión es esencial que sepas qué es la alimentación emocional.
Preguntas frecuentes sobre la alimentación emocional
Es la tendencia a comer en respuesta a emociones y no a hambre física, usando la comida para calmar sentimientos como estrés, tristeza o ansiedad.
Se caracteriza por comer sin hambre física, preferencia por alimentos específicos, comer rápido y sentir culpa o remordimiento después.
Es un mecanismo para manejar emociones difíciles o estrés, pero no resuelve los problemas emocionales subyacentes.
Puede ocasionar aumento de peso no deseado, problemas con la autoestima y dificultades en hábitos alimenticios saludables.
Practicando la alimentación consciente, identificando las emociones detrás del acto de comer y buscando apoyo profesional si es necesario.
Cuando la alimentación emocional es frecuente y afecta tu bienestar físico o emocional, consulta con un psicólogo o nutricionista especializado.
Conclusiones sobre qué es la alimentación emocional
Es esencial saber qué es la alimentación emocional, porque es un fenómeno complejo. Con las estrategias adecuadas se puede tratar y superar. Tenemos que apostar por la terapia, y por los cambios de hábitos alimentarios. Es posible romper el ciclo de comer por nuestro estado emocional. El dolor y el sufrimiento nos pueden llevar por caminos oscuros, pero con la ayuda adecuada podemos volver a sentirnos bien. Así que, apuesta por la terapia y apuesta por ti.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
Sobre Daniel Molina
Soy Daniel Molina (n.º colegiado: 20237), Psicólogo Clínico especialista en Terapia Online con más de 12 años de experiencia.


