Trastornos alimenticios
Entendemos los trastornos alimentarios como perturbaciones de las pautas habituales de alimentación. La mayoría de estos trastornos tienen un origen claramente psicológico. Puede ser la causa de una enfermedad mental o en la percepción errónea de uno mismo, de nuestro físico y de nuestro entorno.
Las personas que padecen este tipo de trastornos suelen percibir a los demás y así mismas de una manera distorsionada y extrema. Tener una baja autoestima hace que tengamos esa sensación de inferioridad respecto al resto. Este hecho queda igualmente patente en los casos de narcisismo, ya que su comportamiento está dirigido a silenciar su bajísima autoestima.
Este modo de percibir e interactuar con los demás y con el entorno, impide a la persona a relacionarse con normalidad, generándoles grandes conflictos que derivan en una insatisfacción permanente y una elevada ansiedad. Además, estos tipos de trastornos, pueden ir acompañados de una percepción distorsionada del propio cuerpo.
En definitiva, todos los trastornos alimentarios están relacionados con la baja autoestima, con la percepción errónea de nosotros mismos y de nuestro entorno, y de cómo gestionamos nuestros niveles de ansiedad.
Los trastornos alimentarios
- Ortorexia: es un trastorno de tipo obsesivo donde la persona ve la necesidad imperiosa de cuidar al máximo su dieta. Su consumo dietético se basará en productos que creerá saludables. Esto quiere decir, que la “etiqueta” de saludable estará bajo su propio criterio, no porque el alimento lo sea. La persona que padece este trastorno creerá a pies juntillas todas las dietas que caigan en sus manos, por muy estrafalarias que sean. O incluso puede llegar a inventarse dietas propias. Su objetivo siempre será buscar un equilibrio psicológico que nunca llega a alcanzar. La ortorexia puede crear gravísimos problemas nutricionales si se prescinde de alimentos necesarios.
- Pregorexia (o también conocida como la anorexia de embarazo): es un trastorno que afecta a algunas mujeres en estado de gestación, que se obsesionan con no engordar durante el proceso, ya que creen que el aumento de peso propio del embarazo les dará un aspecto poco agradable. Recurren a dietas “milagrosas” y extremas que pueden llegar a poner en riesgo la salud del bebe por desnutrición.
- Vigorexia: este trastorno pone el foco en el desarrollo atlético del cuerpo con tal de resolver un malestar interior. Es un trastorno frecuente que suele afectar a personas con traumas que han derivado a una baja autoestima. La persona con vigorexia intentará siempre paliar su inseguridad interior con un desarrollo muscular que todo el mundo pueda llegar a admirar. Su dieta estará siempre basada en la búsqueda de musculatura, por ese motivo, puede hacer un abuso de suplementos proteicos, que pueden afectar al riñón o al sistema cardiovascular. Es uno de los trastornos alimentarios más comunes.
- Megarexia: este trastorno se puede considerar el opuesto a anorexia debido a que la persona afectada, nunca es consciente ante el espejo de que tiene sobrepeso. Por lo cual seguirá consumiendo productos que le aportan calorías vacías, sobre todo azúcares. Para estas personas, su figura denota vigor, salud y energía, cuando en realidad sufren de sobrepeso y desnutrición, pues no ingieren productos que de verdad son esenciales para la buena salud.
- Potomanía: consiste en la ingesta desmedida de cualquier clase de líquidos. Generalmente, duele tratarse de ingesta incontrolada de agua. La persona que padece este trastorno intenta siempre clamar su ansiedad bebiendo líquidos. Si el trastorno no se trata puede desarrollarse problemas renales y cardiovasculares.
- Ebriorexia (o alcoherexia): es un trastorno que se suele dar en personas jóvenes que beben mucho alcohol, y llegan a creer que las calorías que aportan estas bebidas pueden sustituir a la comida. Están preocupados por su aspecto físico, y la bebida le calma la ansiedad por comer. Si este trastorno no se trata adecuadamente, la persona puede caer en una desnutrición severa, llevando a padecer ciertos trastornos como la caída de pelo, problemas dentales, etc. Pudiéndole llevar hasta el fallecimiento.
- Permarexia: es un trastorno que se basa en no ganar peso, por lo que la persona que lo padece se someterá a todo tipo de dietas para intentar no engordar. Es el estado previo a la anorexia, y si no se trata a tiempo, derivará en esta.
- Pica: es un trastorno frecuente en niños, y consiste en la ingesta de cosas que no son alimentos. Puede llegar a ser tierra, hierbas, maderas, etc. Es un comportamiento normal en un niño de menos de 18 meses. Pero puede indicar alguna psicopatología subyacente si este comportamiento perdura más allá de los 24 meses.
- Hiperfagia: este trastorno consiste en la sensación insaciable de hambre. Suele estar causado por la ansiedad, por lo que lindaría con la bulimia. También puede tener un origen fisiológico, derivado de la ausencia de leptina en el cuerpo, o quizás en alteraciones de tipo hormonal, como la diabetes o el hipertiroidismo.
- Trastorno por atracón: es una bulimia episódica que consiste en comer en exceso, y pasar acto seguido a un periodo de restricción alimentaria. Con ello compensaría su sentimiento de culpabilidad. Pero tras este leve periodo, regresa el hambre, y se produce de nuevo un atracón.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online