Las secuelas del Bullying

Las secuelas del Bullying

Quien sufre un acoso constante y soporta todo ese desgaste emocional y psicológico, al final desarrollará una serie de patologías tanto físicas como mentales. Las personas sometidas a vejaciones, humillaciones y violencia por parte de quien le rodea, llega a sufrir problemas digestivos, trastornos del sueño y del lenguaje, cuadros de ansiedad, y una bajada en su autoestima, entre otros. Pero quizás el trastorno más grave que pueda sufrir una persona sometida a dicha violencia, es la bajada del estado de ánimo, son las secuelas del Bullying.

No estoy para nada de acuerdo con la afirmación “son cosas de niños”, para mitigar la importancia que tiene el acoso. Cuando un niño comienza a acosar es lo suficientemente mayor para saber distinguir entre el bien y el mal. Por ese motivo, son capaces de castigar duramente a su víctima, y buscar cómplices que le ayuden a perpetrar su acoso. Son niños que, debido a mil causas, no saben empatizar, y utilizan la violencia como método de someter a su voluntad a los demás. Quizás sean comportamientos aprendidos en su propio entorno social o familiar, pero al final quien sufre las consecuencias es la víctima, que es ajena a las miserias personales de quien atenta contra los demás.

Los niños que sufren este tipo de acoso escolar, y los adultos que lo han sufrido y no lo han tratado terapéuticamente, arrastran muchos problemas personales debido a las heridas emocionales causadas por el bullying. La depresión que llegan a sufrir es tan intensa y perpetua, que afectará la vida de quien ha sufrido esta clase de violencia para siempre. Por ello es fundamental aprender a identificar los casos de acoso, y tratarlos del modo más tajante y efectivo posible.

Las secuelas del bullying son unas psicopatologías difíciles de tratar porque, normalmente cuando se identifica el caso de acoso, la víctima lo ha sufrido durante mucho tiempo, y eso ha generado en ella, unas heridas emocionales tan profundas, que intentar remontarlo requiere de mucho tiempo y esfuerzo terapéutico. Además, está agravado porque la víctima sufre otras psicopatologías relacionadas con el acoso y la depresión que sufre a raíz de ello, como es la ansiedad, la autoestima, los miedos irracionales, o los sentimientos de culpa.

Síntomas del Bullying

Existen ciertos síntomas que son comunes en las personas que han sufrido bullying o acoso escolar. Y estos son:

  • Pensamientos negativos.
  • Estado de ánimo bajo.
  • Miedos y fobias.
  • Cuadros de ansiedad.
  • Baja autoestima.
  • Problemas para concentrarse y desenvolverse en su día a día.
  • Aparición de ciertos trastornos físicos como los problemas digestivos, o el insomnio.
  • Dificultades para relacionarse y expresar sus sentimientos.
  • Trastornos alimentarios, cambios bruscos de peso.
  • Cefaleas.
  • Resistencia a acudir al centro escolar.
  • Posible idealización suicida.

Todos estos síntomas relacionados con las secuelas del Bullying nos puede ayudar a identificar el acoso que recibe una víctima, y de ese modo poder actuar, aportándole la ayuda terapéutica que necesita, así como todo el apoyo familiar, social, y escolar que requiera. Es importante conocer la sintomatología porque no sirve como una verdadera guía.

Las heridas que produce el bullying

Un acoso prolongado hace que la víctima cada vez se sienta más desesperanzada y sola. En ese aislamiento emocional, en ese sufrimiento continuo, aparece la temida depresión. Hay una relación directa entre el bullying y la depresión. Sentirse agredido de forma constante, y no obtener ningún tipo de ayuda, hace que nuestro estado de ánimo caiga bajo mínimos. Es una situación que ningún niño debería sufrir.

Si de adultos nos cuesta mucho gestionar las situaciones más negativas y agresivas, imaginad lo que puede suponer para un niño, cuya madurez emocional aún está en desarrollo. Un niño expuesto a tal nivel de acoso acaba por sucumbir al desánimo y la tristeza más profunda. Una situación que marca heridas muy profundas en el alma. La depresión por bullying es una consecuencia directa de la violencia sufrida. Es una de las secuelas del Bullying más graves y difíciles de tratar.

En una etapa vital como es la niñez, donde vamos fraguando aquello que seremos, y donde somos más vulnerables, si recibimos acoso y agresiones constantes, la construcción de nuestro “yo” se verá seriamente alterada. La víctima de cualquier tipo de acoso, llega a pensar que no son valiosas, y en el fondo creen que son los responsables de todo lo malo que les pasa. Su autoestima se ve seriamente dañada, y como he apuntado, en caso de los niños ello es más abrumador e intenso.

Un niño que crece bajo la violencia de sus similares, llega a crear una visión negativa de si mismo. No culpa a sus agresores, sino que llega a pensar que la culpa es suya. Esa percepción alterada de uno mismo se prolonga hasta la edad adulta, si la persona no ha sido tratada adecuadamente. Un adulto que ha recibido acoso, crece siendo una persona llena de inseguridades y miedos, que marcarán su vida irremediablemente. Se convertirá en una persona herida, incapaz de superar todo el dolor que ha sufrido desde su infancia.

Las secuelas del Bullying es una realidad. La desesperanza, el desánimo y una profunda tristeza se genera en el alma de las víctimas de acoso. Son personas dañadas, no solamente en el plano físico, sino sobre todo en el psicológico y emocional. Si ese niño que ha sufrido abusos, no es tratado en su momento, se convertirá, como ya he indicado, en una persona adulta dañada, y esos hechos marcarán todos los ámbitos de su vida, como puede ser en el ámbito laboral, social, familiar, etc. Las heridas que tienen, y no han sido sanadas, determinará cada paso que dé en la vida.

Es esencial detectar los signos que puede indicar que un niño pueda estar padeciendo acoso. Identificar qué le ocurre, nos ayudará a tratar las secuelas del Bullying. Quien quiera desprenderse de todas las alteraciones que produce el padecimiento de bullying, tendrá que iniciar una terapia adecuada para su caso. Si la víctima es un niño, se deberá detectar lo más rápidamente posible con tal de combatir la situación y finalizar con las agresiones. Para ello se necesita de formación más precisa de los adultos que conforman el círculo cercano del niño, como los padres, tutores, profesores, etc., para que sean capaces de detectar cuando se produce una situación de acoso, y poder actuar como la situación requiere.

Es esencial que todas las víctimas puedan tener su tratamiento. Nadie debería ser víctima de ninguna agresión, pero si la sufren, deben tener las herramientas necesarias para poder superar las secuelas que esa clase de agresiones. Nadie debería vivir en silencio una experiencia tan traumática como verse atacado constantemente por los demás, sentirse totalmente vulnerable, y no ver una salida a esa situación.

También añadiría la necesidad de tratar a los niños capaces de realizar bullying a los demás. Quien es capaz de hacer tanto mal, necesita de ayuda profesional sin duda. Su violencia es aprendida, y sabe que puede utilizarla para conseguir todo lo que quiere. Todo ello es fruto del aprendizaje y de la pertenencia a un ámbito familiar y social violento.

Por último, nos encontramos con la figura del observador, que se convierte en cómplice del agresor y agresores con su silencio. Son personas capaces de mirar hacia otro lado, y dejar que alguien abuse de otra persona, con tal de no verse involucrado. Incluso, llegan a apoyar abiertamente al agresor. Aunque su conducta sea moralmente reprochable, no responde a ninguna patología que se deba tratar.

Cómo afrontar las secuelas del Bullying

Los daños psicológicos y emocionales producidos por el bullying son muy graves. Las víctimas requieren de ayuda profesional para poder afrontar todo ese dolor. La terapia psicológica es el método más eficaz para sanar este tipo de heridas. Aparte de restaurar el estado anímico, se tiene que reconstruir la autoestima y la percepción de si mismo. Además de dar a las víctimas, herramientas para afrontar sus miedos más profundos, y el nivel de ansiedad elevado que llegan a sufrir las víctimas de acoso.

Tanto si el tratamiento se efectúa a un niño, como a un adulto que ha sufrido acoso escolar, las víctimas de bullying necesitarán de una terapia específica que les ayude a sanar todas sus heridas. Para ello se requerirá de tiempo y esfuerzo. No es un camino fácil, aunque es totalmente necesario, Nadie debería vivir con esa carga emocional. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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