Basura emocional

La basura emocional

Por mucho que nos levantemos cada día con unas ganas tremendas de comernos el mundo, y tengamos la suficiente energía para realizar todas las tareas que conforman tu actividad diaria, siempre existe quien por su comportamiento es capaz de arruinarte el día. Es su basura emocional. Esa persona puede ser tu jefa o jefe, el conductor de autobús, un conocido, etc. Cualquiera puede por su comportamiento hacer que tu día no haya sido todo lo pleno que debería hacer sido.

Tenemos que tener en cuenta que siempre existirá alguien que esté dispuesto a hacer pedazos tu tranquilidad y tu felicidad. Son comportamientos que no podemos controlar, ya que nacen de la voluntad de la otra persona, pero sí podemos controlar lo que hacemos nosotros con esos comportamientos nocivos y tóxicos.

Si no sabes cómo gestionar esos estímulos negativos llegarás a la noche con una gran sensación de estrés, irritable y terriblemente enfadado, aunque en realidad no sepas muy bien porque. Toda esa acumulación de estímulos tóxicos hará que llegues a la cama resoplando e intentando tranquilizarte. Toda carga emocional negativa afectará a nuestro tan preciado equilibro psicológico. De igual modo llegará afectar incluso a nuestras relaciones personales y a nuestra propia salud física.

Basura emocional, una carga demasiado pesada

D.Pollay, un periodista estadounidense especializado en temáticas relacionadas con la psicología, cuenta en una entrevista, que un día en la cual tenía que tomar un tren, y tenía mucha prisa, y decidió parar un taxi. Cuando el taxista intentó abandonar su carril, otro coche hizo una maniobra forzosa e imprudente que obligo al taxi a frenar bruscamente. Por suerte, el taxista con su maniobra evitó la colisión con el otro vehículo.

Lo más chocante para el periodista fue la reacción del otro conductor. A pesar de casi provocar un accidente, el conductor del otro vehículo se bajó de este con la intención de discutir con el taxista. Pollay no daba crédito a lo que veía. Encima de casi provocar el accidente, el otro conductor, tomando una actitud agresiva, echaba la culpa al propio taxista. Todo ese altercado amenazaba con convertirse en una pelea que impediría llegar a su tren a tiempo.

El taxista tomó una actitud que sorprendió al periodista. En vez de tomar una actitud igualmente agresiva, sonrió y saludo al otro conductor, y continuó su marcha. Hizo oídos sordos a las palabras hirientes del otro conductor.

Pollay asombrado, le preguntó cómo había sido capaz de no sucumbir ante las amenazas del otro conductor, y tomar una actitud similar. Entonces el taxista le hablo de la Ley del camión de basura.

El taxista le explicó cómo existen personas que son como un camión de basura, ya que van por la vida recogiendo y acumulando basura emocional (rabia, frustración, infelicidad, pesimismo, etc.). Cuando más basura emocional acapara más tienen la necesidad de encontrar a alguien con quien descargarla, ya que llega un momento que no pueden soportar ese gran peso. Por ese motivo, no debemos permitir que nadie descargue su basura emocional en nosotros.

No permitas que nadie te arruine tu día

Siempre existirán ese tipo de personas, con una mochila tan grande, llena de emociones negativas, que intentarán vaciarla en nosotros. No lo permitas. No podemos controlar el comportamiento de los demás, pero si el nuestro. Por tanto, si alguien nos ataca, es nuestra decisión si caemos en su trampa o no. Recuerda que es más importante vivir en paz que tener la razón. Valora que respuesta debes dar.

Todos hemos conocido a personas con cargas emocionales tan pesadas que tienen la necesidad de vaciar todo lo que llevan a cuestas. Ante ello puedes ayudarles a que encuentren ayuda profesional que les permita descargar tan terrible peso, y lo hagan de un modo positivo y sano. Pero no dejes que nadie descarga su peso emocional en ti.

Si caes en la trampa y recoges la basura emocional de los demás, caerás en la trampa de comportarte de igual modo, y crear un círculo vicioso difícil de superar. No pierdas el control, y aléjate de todo aquella persona que quiera robarte tu felicidad y tu paz. Son tuyas, y nadie tiene el poder de robártelas, al menos que tú se lo permitas.

Evitar a esas personas tóxicas no es una tarea sencilla. Requiere de ir aprendiendo que limites quieres poner en tus relaciones con los demás. Eres tú quien tienes que dictar que quiere o no dentro de cualquier relación. Por tanto, tú eres quien al final permites o no que alguien descargue su basura emocional en ti.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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