Cómo poner límites a una familia tóxica

Qué es el abuso reactivo y cómo identificarlo

💬 “Saber cómo poner límites a una familia tóxica no es un acto de egoísmo, sino de amor propio. A veces, alejarte es la única forma de cuidar tu paz interior.” – Psicólogo Emocional Online 🌿

Lo cierto es que nadie puede elegir la familia donde va a nacer. A cada uno le toca la suya. Somos producto del azar. Y eso es lo maravilloso.  Así podemos recaer en familias sanas y estructuradas afectivamente, o bien recaer en familias con diversos grados de desestructuración afectiva. Son las denominadas familias tóxicas.

Nuestra familia biológica es la que es. Se conforma por un número determinado de miembros. Cada uno con sus experiencias y vivencias propias. Cuando ese conjunto de personas comparte un objetivo común, así como unos valores y una madurez emocional, la familia sería estructurada y sana. En ellas los menores están protegidos, se sienten seguros, con amor, confianza, y una estabilidad emocional que les permite desarrollarse adecuadamente. En cambio, cuando en una familia, cada uno tiende a mirar solo por sus intereses, y no existe una madurez emocional apropiada, la evolución del niño que recae en ella será insana e inadecuada emocionalmente. Las familias desestructuradas crean a personas inestables desde el punto de vista psicológico y emocional.

Si bien no podemos llegar a elegir a nuestra familia biológica, sí podemos elegir a nuestra familiar “social”, como por ejemplo a nuestros amigos o a quien será nuestra pareja. Estas relaciones se basarán también en valores y madurez emocional equivalentes. Sin darnos cuenta, elegiremos a nuestros amigos en función de la familia biológica a la cual pertenezcamos. Todo influye al final.

Relaciones familiares basadas en el apego

Las familias tóxicas se caracterizan principalmente por no haber sabido adecuar los vínculos afectivos, para construirse un verdadero núcleo familiar, que aporte estabilidad, felicidad y seguridad entre todos los miembros de la propia familia.

Todo niño necesita de un núcleo familiar estable y sano que les permita desarrollarse adecuadamente. Las personas mayores, como los padres o abuelos, son el referente principal para cualquier menor. Con ellos desarrollamos relaciones de apego que nos ayudan a sentirnos seguros, además de recibir afecto. Cuando los progenitores y los demás cuidadores fallan, todo falla. Si el niño no se siente querido y seguro, desarrollará, irremediablemente, una sensación de profundo vacío emocional, además de una sensación de inseguridad, baja autoestima, y miedo.

Todas las heridas que padezcamos en la infancia, nos acompañarán en la edad adulta. Y de ello, la familia, y cómo es esta, definirá en parte este hecho, ya que es un pilar fundamental para cualquiera de nosotros. La familia para un niño, lo es todo.

La relación que tengamos con nuestros padres y abuelos, dependerá de nuestra autoestima y nuestra confianza en nosotros mismos. Si los vínculos con estos pilares familiares son sólidos, el niño se desarrollará de un modo adecuado y emocionalmente sano. Por el contrario, los vínculos son tóxicos y nocivos; el niño se desarrollará inadecuadamente, viéndose afectada su autoestima, su seguridad y su madurez emocional. Tenemos que llegar a aprender cómo poner límites a una familia tóxica.

Dinámicas en las familias tóxicas

Las familias tóxicas suelen basarse en relaciones de apego, volviéndose en vínculos asfixiantes, y llenas de manipulaciones afectivas. Son familias en las que cada miembro quiere saciar sus propias necesidades, y se basa en el control de los demás para satisfacerlas. Normalmente, es uno de los progenitores, o los dos a la vez, que usan a sus hijos para poder alcanzar sus objetivos personales, y cubrir sus necesidades, sin tener en cuenta la voluntad del niño. Incluso se pueden dar casos de maltrato y abandono si el niño no es capaz de ayudar a sus padres a conseguir aquello que anhelan.

Son progenitores que impiden que sus hijos maduren emocionalmente, para así poder manipularlos con más facilidad. Para ello, los sobreprotegen o los apartan a un lado, con tal de afectar la autoestima del menor, y de ese modo se convierta en una víctima más

Dentro de las familias tóxicas existe un gran sufrimiento emocional. Los niños se ven en la obligación de atender las demandas de sus padres, y en esta clase de familias abundan las demandas, y cuando no, las discusiones.

Son relaciones realmente tóxicas donde se darán manipulaciones constantes, mediante el empleo del victimismo y otras técnicas, que permitan a los progenitores, manipular a sus hijos con tal de conseguir aquello que quieren.

Diferencias entre familias tóxicas y familias sanas

Familias tóxicasFamilias sanas
Falta de comunicación, conflictos constantes y dificultad para expresar sentimientos o necesidades; la crítica y el juicio predominan. Comunicación abierta, conflictos abordados con respeto y escucha activa; los miembros comparten emociones y son validados.
No hay estructura de límites ni roles claros; parentalización e inversión de roles, los hijos cuidan de los padres o asumen responsabilidades impropias. Los roles son definidos y flexibles, cada miembro tiene su lugar y responsabilidades adecuadas a su edad y capacidades.
Predominan la hostilidad, el control, la autoritarismo, la negligencia y la sobreprotección; el afecto suele ser escaso o condicionado. Hay muestra regular de afecto incondicional, respeto por la individualidad y se promueve el crecimiento personal.
Temas tabú, secretos familiares y existencia de abusos físicos o psicológicos, adicciones o violencia. Ocupan espacios seguros donde se pueden tratar libremente temas delicados; priorizan la protección y el bienestar de todos.
Generan baja autoestima, inseguridad, dependencia y dificultades emocionales a largo plazo. Favorecen la autoestima, autonomía, confianza y fortaleza emocional de sus miembros.
Los cambios y la mejora personal suelen verse como amenazas, o son saboteados; se dificulta la individuación y la libertad. Se promueve el desarrollo individual y la independencia; se celebra el crecimiento y los logros personales.

Características de las familias tóxicas

Entre las características principales de las familias tóxicas encontramos:

  • No existe la individualidad. Las familias tóxicas no respetan que cada uno tenga su espacio vital y sus propias necesidades. Son uniones basadas en la obligación, y como objetivo único, que los hijos satisfagan las necesidades de sus padres. Esto desemboca en actitudes de sobreprotección o de agresión, que incapacitarán el desarrollo emocional y afectivo normal y saludable de los menores de la familia.
  • Sobreprotección o abandono. La sobreprotección y el abandono lleva al menos a buscar incondicionalmente el cuidado y el cariño de sus padres. Ello genera relaciones de dependencia. Por ese motivo, los padres tóxicos buscarán tener o una clase de relación u otra. Ambas les llevarán a tener hijos emocionalmente dependientes.
  • Falta de comunicación. No hablar de los problemas y conflictos, generan un caldo de cultivo dañino, ya que con el tiempo toda esta “olla a presión” estalla, destruyendo todo el bienestar que pueda haber en la propia familia. Son familias tóxicas que siempre procuran mirar hacia otro lado.
  • Conductas rígidas. Las familias tóxicas están basadas en conductas y pensamientos sólidos y rígidos. Cada uno tiene su rol, y si alguien intenta cambiarlo, los demás no se lo permitirán. Son relaciones de dominación, donde los progenitores mandan, y los niños tienen que obedecer siempre.

Cuando la familia no ayuda

Todos pasamos por momentos críticos y difíciles. Es algo inevitable y propio de la vida. Desde que somos pequeños, siempre buscamos el apoyo y la ayuda de nuestros seres más cercanos y queridos. De ellos tenemos la protección que necesitamos. Nos aporta la seguridad necesaria para afrontar cualquier situación adversa. ¿Pero qué pasa cuando la familia no ayuda?

Aunque crezcamos, y seamos más autónomos que cuando éramos niños, siempre necesitamos de nuestra familiar y de las personas más cercanas, si tenemos un problema serio que afrontar. Necesitamos sentirnos arropados y apoyados por esas personas. Pero cuando la familia no ayuda, nos sentimos profundamente desolados. Necesitamos de un punto de apoyo para afrontar nuestro mundo, y ese hecho no depende de la edad. Siempre necesitaremos ayuda.

Que la familia no nos ayude ni nos dé su apoyo es extremadamente grave cuando somos pequeños. Normalmente, las familias que no dan su apoyo cuando la persona es adulta, tampoco lo han hecho cuando eran niños. Las heridas emocionales que generan este tipo de familias, debido a su forma de actuar disfuncional, son grandes e intensas. Las personas adultas que han sufrido este tipo de familias, son personas totalmente heridas.

Incluso podemos llegar a hablar de familias que no solo no ayudan, sino que hacen todo lo posible por destruir a sus miembros más vulnerables, ya sea por sus críticas constantes, por sus desplantes, por la violencia tanto verbal como física, o por la simple indiferencia. Son familias totalmente tóxicas que acaban por autodestruirse, y destruir a todos sus miembros, de un modo u otro, y sobre todo aquellos que son emocionalmente más inmaduros y vulnerables.

Tenemos que entender a la familia como nuestro núcleo social principal. Dentro de ella aprendemos a relacionarnos, así cómo debemos actuar y comportarnos. Ella nos aporta la seguridad que necesitamos a la hora de desarrollarnos emocional y psicológicamente. Pero cuando esta es totalmente tóxica, no recibimos las pautas necesarias para saber cómo responder a las adversidades, a saber cómo debemos actuar, o a saber cómo debemos relacionarnos con los demás. Cuando la familia la falla, y no tenemos el apoyo que necesitamos desde nuestra infancia, todo falla. Y este es un hecho incuestionable.

Por muy mayores que podamos ser, todos necesitamos de un lugar y un núcleo de personas donde ir y sentirnos arropados. Cuando la familia no ayuda, las consecuencias pueden ser catastróficas para nuestro bienestar emocional y psicológico. Todos necesitamos nuestra propia tabla de salvación. Todos necesitamos de ayuda.

Los hijos de las familias tóxicas

Como ya hemos comentado, las familias tóxicas se basan en la búsqueda de satisfacer las necesidades y anhelos de los padres, dejando a sus propios hijos en un segundo plano. Este tipo de comportamiento resulta a largo plazo muy problemático, ya que generan unas heridas emocionales muy profundas en los propios hijos.

Por poner un ejemplo. Si un niño saca malas notas en el colegio. Una familia madura y responsable siempre buscará los motivos de ese suspenso, y buscará todas las posibles soluciones. En cambio, las familias tóxicas, simplemente no abordarán la problemática porque no la contemplan como tal. Para ellos lo fundamental solamente son las cuestiones que afectan a los propios padres. Es decir, los padres se dejan a un lado las necesidades de los hijos, focalizándose solamente en ellos mismos.

Consecuencias psicológicas de tener padres tóxicos

Crecer en un hogar donde hay padres tóxicos, puede dejar una huella profunda en el estado emocional de quien sufre las conductas de sus progenitores. Los padres desempeñan un papel esencial en el desarrollo emocional de sus propios hijos, y cuando este vínculo está subyugado a los comportamientos hirientes, sus repercusiones pueden manifestarse en todos los ámbitos de la vida de sus hijos. Al final se convertirán en adultos emocionalmente heridos.

A continuación veremos las principales consecuencias psicológicas de tener padres tóxicos. Y estas son:

  • Baja autoestima y autoconcepto negativo. Los padres tóxicos a menudo critican excesivamente o muestran desaprobación constante hacia sus hijos. Estas actitudes pueden llevar a que la persona desarrolle un autoconcepto negativo y una autoestima baja. Frases recurrentes como «nunca haces nada bien» o «no eres suficiente» pueden arraigarse profundamente, haciendo que el individuo dude de su valía.
  • Dificultades en las relaciones interpersonales. Haber crecido en un entorno tóxico puede dificultar la construcción de relaciones saludables en la adultez.
  • Trastornos de ansiedad. Crecer en un ambiente impredecible o controlado por padres tóxicos genera un estado constante de hipervigilancia
  • Depresión y sentimientos de vacío. La falta de apoyo emocional en la infancia puede contribuir al desarrollo de la depresión.
  • Problemas de regulación emocional. Los padres tóxicos que invalidan o ridiculizan las emociones de sus hijos dificultan el desarrollo de habilidades de regulación emocional.
  • Sensación de culpa y responsabilidad excesiva. Los padres tóxicos tienden a hacer que sus hijos se sientan responsables de sus problemas o emociones.
  • Dificultades para establecer límites. Los hijos de padres tóxicos a menudo no aprenden a establecer límites saludables.
  • Perfeccionismo y autoexigencia extrema. Para compensar las críticas constantes o la falta de validación, muchas personas desarrollan un perfeccionismo debilitante. Aunque puede parecer un rasgo positivo, suele estar impulsado por el miedo al fracaso y al rechazo, lo que genera agotamiento y estrés crónico.
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Cómo poner límites a una familia tóxica

La familia es siempre uno de los espacios más comunes a la hora de establecer relaciones tóxicas. Es un contexto muy duro, porque es muy difícil romper con la familia, ya que es nuestro punto de referencia afectiva y emocional. Es decir, se puede dejar de hablar con un amigo, o romper una relación con una pareja, pero no podemos “romper” con un padre o una madre, porque siempre serán eso: nuestro padre o nuestra madre, aunque no haya relación alguna. Debemos aprender cómo poner límites a una familia tóxica.

La familia nos viene impuesta y no podemos cambiarla si no nos aporta estabilidad, seguridad y afectividad. Así que todos nos adaptamos a las características de nuestras propias familias biológicas.  Aunque seamos personas únicas e individuales, tenemos cierto rol en nuestra familia.

Cuando la familia es desestructurada, siempre suele basarse en relaciones tóxicas, donde quienes tienen más poder someten a quienes tienen un papel más sumiso dentro del núcleo familiar. Las familias tóxicas suelen conformarse por un padre o una madre, o ambos, que sienten la necesidad de manipular a sus hijos con tal de tenerlos al lado y cubrir sus necesidades emocionales, como por ejemplo evitando así estar en soledad.

Casi todos hemos sufrido la envidia, los celos o la ira de alguien, que en principio no debería hacernos daño de forma consciente. Si es una relación que solo nos une lazos afectivos, será más fácil de romper, que aquellas relaciones en las que también existe un lazo familiar. Por ello es que los padres tóxicos se aprovechan de ello para llevar a cabo sus manipulaciones.

Si es cierto que cuando somos pequeños no tenemos recursos para poner límites a las relaciones tóxicas familiares, siendo adulto debemos aprender cómo frenar esas relaciones que tanto daño nos han hecho y nos hacen. ¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo poner límites a una familia tóxica?

  • Usa la empatía. Ponerse en el lugar del otro, no significa que nos sometamos a los deseos del progenitor tóxico, sino que le escuchemos y aceptemos la posibilidad de no llegar a un acuerdo, acerca de lo que nos pide. Es decir, que aceptemos aquello que queramos hacer libremente y no que nos imponga nadie.
  • Utiliza el respeto mutuo y el espacio de cada uno. Cada persona debe tener su espacio y su intimidad personal. Así que no permitas que nadie rompa esos límites.
  • Aprende a decir no. No vas a querer menos a los demás por decirles que no de vez en cuando. No eres el siervo de nadie. Así que si no quieres hacer una cosa, no la hagas por mucho que te rueguen. Cada uno debe manejar su frustración. Déjales claro a los demás miembros de tu familia que no puedes estar siempre pendientes de ellos.
  • Haz utilizar el respeto. Tienes que respetar a los demás miembros de tu familia, pero también ellos deben respetarte a ti. Así que si ves peligrar eso, házselo saber. Tienen que saber bien claro qué es lo que quieres y estar dispuesto a hacer por ellos, y que no. Todo ello evitando el conflicto, y utilizando simplemente un lenguaje correcto y respetuoso.
  • Expresar siempre lo que queremos y hasta dónde estamos dispuestos a admitir. Es importante que las otras personas que conforman la familia sepan hasta dónde pueden llegar contigo o no. Para ello es importante utilizar un lenguaje asertivo y firme, que permita a los demás entender las nuevas reglas de la propia relación familiar. Al final, eres tú quien marcas los límites de tus relaciones con los demás. Nadie puede manipularte si tú no lo permites. Y así con todo.
  • Utilizar la paciencia. Tenemos que aprender a esperar y pensar antes de actuar. Si ese principio lo practican todos los miembros de la familia, su funcionamiento será positivo y sano. Por ese motivo no debemos consentir ninguna actitud impulsiva, ni siquiera la nuestra. Todo ello lleva a conflictos innecesarios.

Las personas tóxicas existen en todas las familias y en todos los contextos. Por ese motivo debemos aprender a identificarlos, y protegernos de ellos. Tenemos que aprender cómo poner límites a una familia tóxica. Todo ello dependerá en gran medida en saber poner los límites. Es decir, marcar desde el principio qué queremos y qué no de esa relación, y no permitir que nadie sobrepase esos límites. De ese modo se podrá evitar el 99% de los conflictos. Es necesario saber cómo poner límites a una familia tóxica.

Beneficios de la terapia online para poner límites a una familia tóxica

Vivir en un entorno familiar tóxico puede ser una experiencia abrumadora y desgastante, afectando no solo nuestra salud emocional, sino también nuestra capacidad para construir relaciones saludables con los demás y con nosotros mismos. En este contexto, la terapia online emerge como una herramienta eficaz y accesible para abordar y superar las dinámicas familiares dañinas. A continuación, exploramos los beneficios principales de optar por este enfoque terapéutico.

  • Accesibilidad Universal. La terapia online rompe las barreras geográficas, permitiendo que cualquier persona pueda acceder a apoyo profesional sin importar dónde viva. Esto es especialmente útil si tu entorno físico o social dificulta buscar ayuda presencial, como en casos donde la familia tóxica forma parte de tu rutina diaria.
  • Entorno seguro y privado. Hablar sobre problemas familiares puede ser un desafío cuando se teme la interferencia o el juicio de los demás. Con la terapia online, puedes explorar tus sentimientos desde un lugar seguro, como tu hogar, lo que facilita la apertura emocional. Además, las plataformas garantizan la privacidad y la confidencialidad de las sesiones.
  • Flexibilidad para adaptarse a tu rutina. Las dinámicas familiares tóxicas suelen ir acompañadas de altos niveles de estrés, agotamiento y horarios complicados. La terapia online te permite agendar sesiones en los momentos que mejor se adapten a tu disponibilidad, asegurando que el proceso terapéutico no interfiera con tus otras responsabilidades.
  • Desarrollo de estrategias para establecer límites. Un aspecto crucial al tratar con familias tóxicas es aprender a establecer límites claros y saludables. Los terapeutas online pueden ayudarte a identificar las áreas en las que necesitas marcar límites, enseñarte cómo hacerlo de manera asertiva y brindarte herramientas para gestionar la resistencia o las críticas que puedas enfrentar.
  • Reconocimiento de patrones dañinos. La terapia online te ofrece una perspectiva objetiva sobre los patrones repetitivos de comportamiento que pueden perpetuar la toxicidad en tu familia. Esto incluye dinámicas como manipulación, abuso emocional o expectativas desproporcionadas. Identificar estas conductas es el primer paso para liberarte de su influencia.
  • Fortalecimiento de la autoestima y la resiliencia. El impacto de una familia tóxica en la autoestima puede ser devastador. La terapia online se centra en reconstruir tu confianza, ayudarte a validar tus emociones y enseñarte a priorizar tu bienestar. También fomenta la resiliencia, para que puedas afrontar las dificultades familiares con mayor fortaleza emocional.
  • Reducción del estrés y la ansiedad. La presencia constante de conflictos o tensiones familiares puede generar estrés crónico y ansiedad. La terapia online te proporciona técnicas de manejo emocional y ejercicios prácticos que puedes aplicar para aliviar estas sensaciones, incluso mientras sigues conviviendo con tu familia.
  • Acompañamiento en procesos de separación o distanciamiento. En algunos casos, enfrentarse a una familia tóxica puede requerir decisiones difíciles, como distanciarse o reducir el contacto. La terapia online te guía durante este proceso, ayudándote a lidiar con los sentimientos de culpa, pérdida o miedo que puedan surgir, y apoyándote para tomar decisiones alineadas con tu bienestar.
  • Fortalecimiento de tu red de apoyo. Una familia tóxica puede hacer que te sientas aislado o desconectado de los demás. A través de la terapia online, puedes trabajar en fortalecer tus vínculos externos y desarrollar una red de apoyo emocional que te permita construir relaciones más equilibradas y significativas.
  • Economía de Tiempo y Recursos. La terapia online elimina el tiempo y los costos asociados al traslado a una consulta física, permitiendo que más personas accedan a apoyo profesional sin sacrificar otros aspectos importantes de su vida. Esto es particularmente útil para quienes viven en áreas donde las opciones presenciales son limitadas.

Preguntas frecuentes sobre cómo poner límites a una familia tóxica

¿Qué es una familia tóxica?

Una familia tóxica se caracteriza por dinámicas negativas persistentes como control excesivo, manipulación, conflictos constantes, falta de apoyo y comunicación disfuncional, que afectan el bienestar emocional de sus miembros.

¿Cuáles son los signos más comunes de una familia tóxica?

Se incluyen la crítica constante, falta de respeto, imposición de roles, abuso emocional o físico, negación de sentimientos y la creación de un ambiente de ansiedad o miedo entre sus integrantes.

¿Cómo afecta una familia tóxica a sus miembros?

Provoca baja autoestima, dependencia emocional, problemas para establecer límites y dificultades en las relaciones personales y sociales, afectando la salud mental a largo plazo.

¿Qué estrategias pueden ayudar a manejar las dinámicas tóxicas en familia?

Establecer límites claros, buscar apoyo externo profesional, practicar el autocuidado emocional y, en casos necesarios, distanciarse temporal o permanentemente de relaciones dañinas.

¿Es posible sanar tras pertenecer a una familia tóxica?

Sí, con apoyo psicológico, aprendizaje de nuevas habilidades emocionales y desarrollo personal es posible superar las heridas y construir relaciones más saludables.

¿Cuándo es necesario buscar ayuda profesional?

Cuando las situaciones familiares generan malestar intenso, ansiedad, depresión o afectan significativamente la vida diaria, un profesional puede guiar el proceso de recuperación y empoderamiento.

Necesitamos sentirnos arropados

Cuando estamos atravesando por momentos difíciles, sentirnos solos y desamparados, puede agravar la situación, e impedirnos afrontar esas adversidades de un modo constructivo y efectivo. Por ese motivo es esencial poder contar con alguien para sentirnos seguros y apoyados. Los problemas propios de nuestra vida se resuelven en gran medida gracias al apoyo que recibimos. Cuando la familia no ayuda, debemos buscar a otras personas con las que sentirnos arropadas. Estas pueden ser los amigos, las parejas, etc. Cuando la familia falla, debemos buscarnos un núcleo familiar nuevo, aunque estas personas no compartan ningún lazo carnal ni sanguíneo.

Es cierto que, si la familia nos falla, nos sentimos totalmente desolados y dañados, pero a veces es mejor que busquemos una nueva familia con otras personas. Hay familias totalmente dañinas capaces de dañarnos con su incomprensión, sus críticas y sus agresiones. Tenemos que buscar nuestro bienestar, aunque ello signifique alejarnos de nuestra propia familia.

Si nos sentimos arropados, nos es más fácil poder afrontar cualquier situación, por muy adversa que sea esta. No sentirnos solos, nos aporta la confianza necesaria para poder gestionar cualquier adversidad. Por ese motivo, es esencial estar con personas constructivas, y empáticas, que sean paces de darnos su mano cuando necesitamos ese apoyo. Aunque estas no sean ni de nuestra familiar. Cuando la familia no ayuda, hay personas capaces de darnos ese apoyo que necesitamos en los momentos más oscuros. 

Cómo los padres pueden destruir la autoestima de sus hijos

Los padres pueden destruir la autoestima de sus hijos de muchas maneras, algunas de las cuales pueden ser sutiles y difíciles de detectar. Algunas formas en que los padres pueden destruir la autoestima de sus hijos incluyen:

  • Criticar constantemente: Los padres que critican constantemente a sus hijos pueden hacer que se sientan inadecuados e incapaces de hacer las cosas bien.
  • Comparar con otros: Los padres que comparan constantemente a sus hijos con otros niños pueden hacer que se sientan inferiores y menos valiosos.
  • Ignorar los sentimientos: Los padres que ignoran los sentimientos de sus hijos pueden hacer que se sientan incomprendidos y no valorados.
  • Ser demasiado exigentes: Los padres que son demasiado exigentes con sus hijos pueden hacer que se sientan abrumados y no capaces de cumplir con las expectativas.
  • Ser abusivos: Los padres que son abusivos física o emocionalmente pueden causar un daño profundo a la autoestima de sus hijos.

El desarrollo emocional y psicológico de los niños y adolescentes se fundamenta en gran medida en la autoestima. El espejo es a través del cual se ven y evalúan su propio valor, capacidades, y lugar en el mundo. Los padres influyen significativamente en la construcción de la autoestima como figuras primarias de apego y modelos a seguir.

Conclusiones sobre cómo poner límites a una familia tóxica

La familia es nuestra primera comunidad. No podemos elegirla, y solamente nos queda adaptarnos a ella. Pero debemos tener claro que nadie puede obligarnos a tener vínculos afectivos donde nunca ha habido amor ni afecto. Si pertenecemos a un hogar desestructurado, tendremos un camino más difícil en la vida. Partiremos con desventajas. Las heridas que llevamos nos acompañarán siempre. Pero esa debilidad puede convertirse en fortaleza a través de decisiones. No elegimos a nuestras familias, pero sí elegimos cómo vivir.

No tenemos que caer en los mismos errores que cometieron nuestros padres. Y podemos ser los últimos de nuestra familia en vivir en un hogar sin amor ni afecto, porque podemos crear nuestra propia familia con nuestras normas. Tenemos en nuestras manos que crear un hogar con amor, cariño, y respeto. Todo está en nosotros. Todo está en nuestras decisiones. No te escudes en el pasado, y cambia tu futuro transformando tu presente. Aprende cómo poner límites a una familia tóxica. Todo está en ti. Todo está en mí. Todo está en nosotros.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Daniel Molina

Sobre Daniel Molina

Soy Daniel Molina (n.º colegiado: 20237), Psicólogo Clínico especialista en Terapia Online con más de 12 años de experiencia.

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