La depresión y la necesidad de aislarnos
La depresión es un trastorno del estado del ánimo que nos roba todo lo que somos. Poco a poco acaba con nuestras energías y con nuestras ganas de vivir. Porque debemos comprender que esta enfermedad mental no se basa solo en la tristeza, sino que tiene una sintomatología muy extensa. Entre dichos síntomas está el aislamiento, es decir, la necesidad imperiosa de no tener contacto con nada ni con nadie, y es propio de este trastorno. En este artículo descubriremos el por qué la depresión nos lleva a aislarnos de todo y de todos.
Una persona con depresión carece de motivaciones ni de energías para llevar a cabo cualquier actividad, esto le lleva a pasar muchas horas durante el día en un estado de inactividad muy intenso. Cuando una persona está sumergida en esa enorme apatía no quiere relacionarse con nadie, ni salir a disfrutar del exterior. Solamente busca calma y tranquilidad, porque en su cabeza está padeciendo mucho ruido. Quien padece un cuadro depresivo busca el silencio, y eso solamente lo conseguirá no relacionándose ni experimentando nada. Y esa es la cruda realidad de la depresión.
Tenemos que entender que relacionarse implica hacer el esfuerzo por escuchar, hablar, reír, etc. Eso es justamente lo que nos roba la depresión. Cuando sufrimos este trastorno no tenemos las suficientes fuerzas para interactuar, al igual que hacer otra actividad. En ese estado solamente queremos refugiarnos en ese lugar donde podemos descansar, sin el ruido de todo lo externo. Justo por ese motivo, las personas que sufren depresión rehúyen de toda actividad social. No tienen las energías suficientes para llevar a cabo esa actividad, y su estado de ánimo le impide interactuar con los demás.
La aparición de la depresión y su sintomatología tan aguda se puede explicar mediante los desbarajustes biológicos que se producen en nuestro organismo. Cuando sufrimos este trastorno dejamos de segregar la cantidad de serotonina que deberíamos tener, y comienza a segregar cortisol. Esta alteración hormonal hace que nos sintamos siempre cansados, apáticos, y sin energías para realizar incluso las actividades más leves y comunes. Es importante conocer por qué la depresión nos lleva a aislarnos, ya que ese efecto de este trastorno puede empeorar aún más si cabe nuestra situación.
Síntomas de la depresión
Todos asociamos erróneamente la depresión con la tristeza. Y la tristeza es solamente uno de los muchos síntomas que tiene este trastorno. Hemos descubierto en este artículo que el aislamiento puede ser un síntoma muy común que padecen las personas que sufren un cuadro depresivo. Es importante conocer al menos los síntomas más frecuentes de este trastorno para saber como nos ataca, y poder así buscar la ayuda necesaria para poder combatirlo. Y entre los síntomas de la depresión más comunes encontramos:
- Sentimiento de vacío y de desesperanza.
- Ganas inmensas de llorar.
- Tristeza profunda y duradera.
- Episodios de rabia e ira.
- Sensación de impotencia.
- Alteraciones del sueño. Necesidad de dormir mucho o pocas horas.
- Falta de apetito o necesidad por comer en exceso.
- Percepción de incapacidad para hacer cualquier cosa.
- Cuadros de ansiedad y angustia.
- Sentimientos de culpa.
- Dificultad para pensar con claridad o concentrarse.
- Cansancio extremo. Falta total de energías para incluso hace actividades cotidianas.
- Dolores físicos.
- Idealización acerca del suicidio.
- Problemas para relacionarse. Tendencia al aislamiento.
Por qué la depresión nos lleva a aislarnos
La depresión es un trastorno que nos puede atacar a cada persona de un modo diferente, pero hay ciertos síntomas que son frecuentes en todas las personas que la padecen. Uno de ellos es la necesidad de aislamiento. Aislarse puede tener una serie de funciones adaptativas como veremos a continuación. Pero antes me gustaría señalar que emociones tales como la tristeza o la apatía nos indican que debemos hacer ciertos cambios en nuestras vidas. No podemos obviarlas, ni silenciarlas. Si experimentamos estas y otras emociones durante la depresión, deberíamos escuchar qué quieren decirnos. Normalmente, nos gritan que cambiemos cosas en nuestras vidas. Cosas que nos hacen daño y nos paralizan.
Cuando sufrimos depresión su sintomatología nos arrebata todo lo que somos, convirtiéndonos en la sombra de quienes fuimos. Nos llega a impedir incluso a realizar las actividades más leves y cotidianas. Sentir esa falta de energías hace que nos repleguemos sobre nosotros mismos. El aislamiento es un efecto directo de padecer un cuadro depresivo. Y por ello aprenderemos a continuación por qué la depresión nos lleva a aislarnos. Y las causas más comunes son:
- La tristeza. Sentir una profunda tristeza, y sentir como si estuviéramos sumergidos en un profundo y oscuro pozo, nos hace empuja a intentar gestionar todas esas sensaciones y todo ese dolor. No se puede escuchar a nuestras emociones si hay mucho ruido a nuestro alrededor. Por ese motivo, en ese estado, tenemos la imperiosa necesidad de aislarnos por completo, y gestionar como podamos nuestro sufrimiento. Sufrir un mal momento nos lleva a ser más reflexivos, y a querer relacionarnos menos. Nuestras energías menguan, y solamente queremos descansar, y hacer que todo ese ruido que tenemos en nuestra cabeza cese. Este es uno de los motivos esenciales a la hora de necesitar aislarnos cuando sufrimos un cuadro depresivo.
- Comprender lo sucedido. Caer en una profunda depresión es realmente terrible. No tener las energías suficientes para hacer nada, ni tan siquiera para ser quien somos, nos lleva a un estado de letanía intensa de la que no encontramos ningún remedio. Es importante en estos momentos que la persona reflexione acerca de lo que le ocurre, de sus causas, y de cómo debe afrontarlo. Para conseguir identificar aquello que sufrimos, debemos estar en paz, y eso solamente se consigue mediante al aislamiento. Forzarnos a relacionarnos en esos momentos puede ser contraproducente, porque puede angustiarnos y empeorar las cosas. Que alguien esté obligándonos a relacionarnos y a salir, puede generarnos más dolor y sufrimiento. Cada persona tiene su proceso, y hay que respetarlo. También debemos darle tiempo a esa persona. Intentan forzar las cosas, nunca es la solución.
- Para recuperarnos. Tenemos que comprender que la depresión nos arrebatan todas nuestras energías, y nos impide llevar una vida normal. Intentar hacer cosas nos puede llevar al límite, tanto a nivel mental como a nivel físico, y ello necesita de un tiempo para recuperarnos. Estar aislados nos permite descansar, y volver a recomponernos. El reposo es necesario para recuperarnos tanto de las enfermedades físicas como de las mentales. Por tanto, en ese estado es difícil poder relacionarse con normalidad, y la persona que busque aislarse para poder encontrarse mejor. Al final es un proceso adaptativo que nos puede ayudar a la hora de afrontar con éxito nuestra lucha contra la depresión.
Qué hacer si la depresión nos lleva a aislarnos
El aislamiento propio de la depresión puede ser incluso adaptativo y funcional, como ya hemos visto en el apartado anterior. Pero a veces ese aislamiento se produce por motivos más peligrosos, como puede ser que la persona padezca un profundo sentimiento de culpa, de fracaso, o de vergüenza por encontrarse en esa situación. Esos sentimientos tan negativos puede llevar a cualquiera a aislarse por completo, consumiéndose lentamente. Igual que el aislamiento adaptativo es necesario para el proceso de recuperación, aislarse por esta clase de motivos puede ser realmente dañino, pudiendo a la persona a destruirse por completo.
Por tanto, hay que estar siempre en alerta, e identificar las causas que llevan a la persona deprimida a aislarse. Saber por qué la depresión nos lleva a aislarnos es esencial para saber cómo debemos afrontar este trastorno, y poder superarlo con éxito. No podemos dejar llevarnos por la falsa idea que la depresión es por nuestra culpa, y que no sabemos afrontar cualquier adversidad. Nadie tiene la culpa de padecer depresión, y tener esos pensamientos acabará por destruir a quien padece este trastorno.
Lo principal es superar este trastorno que nos arrebata todo. Para ello siento decirte que no hay milagros ni atajos. Los medicamentos antidepresivos solamente te estabilizan, y te permiten estar lo suficientemente bien para funcionar, pero no te curarán la depresión. La terapia farmacológica solamente se debería dar en casos muy extremos, pero nunca en todos los casos. La única herramienta efectiva para tratar este trastorno del estado de ánimo es la terapia. Así que, si padeces depresión apuesta por la terapia. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online
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