Secuelas del abuso psicológico

El abuso psicológico

Podríamos definir el abuso psicológico o emocional como una estrategia para someter a la víctima mediante la violencia verbal y psicológica, y que el abusador pueda entonces conseguir todo aquello que desea. Es un modo violento y agresivo de dominar a las víctimas y conseguir que estás accedan a todos los deseos del abusador. Pero esta técnica de sometimiento favorecerá la aparición de secuelas del abuso psicológico, que generará unas heridas muy profundas en el alma de cada víctima.

Que una persona cercana y querida quiera someternos, y para ello emplee una violencia sin frenos, es algo muy difícil de gestionar, y es por ello que las víctimas de un abuso psicológico emocional desarrollan una serie de heridas emocionales, que arrastrarán para siempre si no buscan ayuda psicológica. Y esos daños influirán negativamente en todos los ámbitos de la vida de las víctimas, y de sus relaciones.

Si bien la violencia o el maltrato físico deja huellas que se pueden cuantificar, las secuelas del abuso psicológico genera unas heridas que no se ven, pero que permanecen en el alma de las víctimas para siempre. Solo pueden sanar sus heridas con mucha ayuda psicológica, con tiempo y esfuerzo. El daño y sufrimiento que experimentan es tan intenso que nos les permitirá tener una vida normal, al menos que logren sanar esas tremendas heridas.

Como veremos en este artículo, el abuso psicológico o emocional se puede manifestar de muchas maneras, pero el daño siempre es el mismo. La intención de los abusadores es someter por completo a sus víctimas, y de ese modo utilizarlas para conseguir todo aquello que quieren y anhelan, sin importarles el daño que puedan hacer, porque lo único que les importa son ellos mismos.

Cómo son las víctimas de los abusos psicológicos

Los abusadores psicológicos son personas sumamente egoístas, que buscan siempre satisfacer sus propias necesidades y deseos. No son muy hábiles a la hora de relacionarse. Incluso con incapaces de manipular y chantajear de un modo efectivo. Por ello no dudan en emplear la violencia y la agresividad para conseguir someter a su víctima, y conseguir de ella todo aquello que desea. 

Son unos auténticos depredadores emocionales. Buscan siempre a personas con un perfil bajo para que puedan dominar a su víctima de un modo eficaz y directo. Entre sus víctimas predilectas encontramos a personas empáticas y bondadosas, aunque suelan arrastrar una autoestima baja y dañada. Buscan la indefensión de sus víctimas para poder someterlas a través del miedo y de la agresividad.

Cómo actúan los abusadores psicológicos

Un abusador psicológico no actúa de forma aleatoria, sino que buscará a la víctima perfecta. Como ya he apuntado en el apartado anterior, buscará a personas capaces de ponerse en el lugar de los demás, y sobre todo bondadosas. Su primer paso siempre será buscarse la confianza de su víctima. Para ello se mostrará muy cautivador, e intentará complacer a la otra persona para que baje la guardia. Si se gana la confianza de su víctima, podrá ejercer su control de un modo efectivo. 

Lógicamente, nunca se mostrará el abusador emocional como es, ni sus intenciones en un primer momento. Si lo hiciera, la víctima saldría corriendo sin mirar atrás. Por ese motivo, hacen lo que sea por conseguir la confianza y el cariño de su víctima. Si emocionalmente está atrapada, entonces podrá conseguir todo aquello que desea mediante una táctica tan agresiva como el abuso psicológico. Por eso siempre se empezará por pequeñas críticas, opiniones o juicios sobre la víctima. Una de las señales que deberíamos tener en cuenta a la hora de identificar a un abusador emocional, es que esas críticas o juicios se hacen constantes, y por todo. La intención es ir destruyendo cualquier resistencia de la víctima, y acabar de paso con su autoestima.

Una vez tiene la confianza de su víctima hará todo lo posible para aislarla. Una víctima sin apoyo a su alrededor es más fácil someterla. Intentará que tenga conflictos con su familia y amigos, y hará todo lo posible para que rompa toda relación con ellas. Una vez sola, el abusador emocional someterá a su víctima sin compasión, consiguiendo mediante la violencia obtener todo aquello que desea. Ello genera unas secuelas del abuso psicológico que pueden destruir a la víctima por completo, como veremos a continuación.

Secuelas del abuso emocional

Estar sometidos mediante el abuso, el miedo, y la violencia genera unos daños que acompañará a la víctima hasta que los afronte. Son heridas muy profundas en el alma. Esas secuelas del abuso emocional se instalan para siempre en el interior de las víctimas, destruyéndolas por completo. Y entre dichas secuelas encontramos:

  • Autoestima baja. Cuando alguien se ve bajo el control de alguien, y que se ha visto sometido a agresiones verbales y emocionales constantes, verá cómo su autoestima disminuye hasta quedarse a ras de suelo. Si te repiten que no vales nada, te insultas y te desprecian, al final acabas por aceptarlo y creerlo. El abuso siempre destruye la autoestima de cada una de las víctimas.
  • Inseguridad. Si te repiten que no eres capaz de nada, y que eres una inútil, al final te lo crees y te conviertes en una persona temerosa e insegura. Te ves incapaz de hacer según que cosas, y verás todo como un posible peligro.
  • Ansiedad y trastorno de estrés postraumático. Sufrir un hecho tan traumático como verse sometido a las vejaciones e insultos de alguien a quien queremos, nos produce un estrés tan elevado que no somos capaces de gestionar, y ello nos hace revivir una y otra vez lo ocurrido, buscando explicaciones e intentando comprender que ha ocurrido. Esto son síntomas propios del trastorno de estrés postraumático. Estar siempre en alerta hace que la ansiedad aparezca, porque percibiremos todo como un peligro potencial.
  • Depresión. Las personas que han sufrido un abuso constante y reiterado ven cómo su estado anímico disminuye, sufriendo graves cuadros depresivos. Es realmente doloroso soportar los ataques verbales y psicológicos de una persona que quieres. La depresión es un trastorno que acompaña a la persona que sufre un abuso psicológico hasta mucho después de alejarse de esa persona, y no sufrir ningún otro episodio de abusos.
  • Relaciones. Estar en manos de un abusador hará que la víctima acabe rompiendo con su familia y amigos. El aislamiento ayuda a los abusadores psicológicos a someter a sus víctimas. También cabe decir que, las víctimas desarrollaran un miedo atroz a volverse a relacionar y a conocer a personas nuevas. El miedo afectará a la calidad de todas sus relaciones, tanto las presente como las futuras.
  • Conductas de riesgo. Al no valorarse ni quererse por culpa de sufrir abusos psicológicos, las víctimas suelen desarrollar conductas o comportamientos de riesgos, o autodestructivos, como puede ser consumir drogar o alcohol, tener relaciones sexuales de riesgo, o incluso la idealización del suicidio. Son conductas dirigidas a castigarse a si mismo cuando no está delante el abusador que tanto daño le hace.

Cómo afrontar las secuelas del abuso psicológico

Es esencial que aprendamos que quien ha utilizado el abuso como método de aprovecharse de otra persona, es porque no quería a esa persona, y la utilizaba como se utiliza a un objeto. Por tanto tenemos que contemplar a los abusadores emocionales o psicológicos, como personas que tenemos que mantenerlas lejos de nosotros, y no dejar que bajo ninguna circunstancia vuelvan a ser parte de nuestra vida. La única vía para frenar los abusos es alejarse del abusador por y para siempre. En estos casos no existen las medias tintas. La única forma de parar los abusos es irnos para siempre del lado del abusador.

Las secuelas del abuso psicológico solo se consiguen sanar mediante el tratamiento psicológico. La terapia nos ayudará a cerrar todas y cada una de las heridas producidas por el abuso constante, y de ese modo, seguir con nuestras vidas. Las personas agresivas y violentas deben estar alejadas de nosotros. No debemos permitir que nadie nos hiera, y nos someta bajo ningún concepto. No lo podemos permitir. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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