Síntomas de la dependencia emocional

Existen personas que padecen una necesidad extrema por mantener, al precio emocional que sea, a las personas que tiene su lado. Sus relaciones se basan en la necesidad de mantener a toda costa los vínculos emocionales y afectivos con las personas que le rodean. Normalmente, suele darse en el ámbito familiar y sentimental, pero también puede darse en otros ámbitos, como el laboral o social. Por eso demos tener en cuenta los síntomas de la dependencia emocional, y con ello poder afrontarla, no cayendo en relaciones insanas y poco constructivas.

¿Qué es la dependencia emocional?

Igual que ocurre con otro tipo de dependencias, como puede ser la adicción al consumo de sustancias tóxicas, la dependencia emocional se sustenta de refuerzos positivos, que acaba por generar una dependencia psicológica. Los síntomas de la dependencia emocional aparecen de igual modo en mujeres y hombres, de cualquier edad.

La dependencia emocional se basa en la necesidad de atención y de sentirse queridos por los demás. Quien la padece sufre graves carencias, y ello le lleva a querer retener a los demás, y encontrar el afecto y las atenciones que tanto necesita.

Los tres tipos de dependencia emocional

La dependencia emocional es un trastorno complejo. Todo lo que tenga ver con las emociones tiene un trasfondo muy diverso y complicado de definir. Normalmente, padecer los síntomas de la dependencia emocional no obedece a un solo factor, sino que son necesarios diversos factores.

En muchos casos, la dependencia emocional no es percibida como un problema por parte de quien la padece. La persona dependiente llega a creer que los problemas derivados de su propia dependencia, tiene un origen que nada tiene que ver con ella. Puede llegar a culpabilizar a los demás de sus necesidades afectivas y emocionales.

Detrás de la dependencia emocional suele existir el miedo. El miedo a la soledad, al rechazo, a no sentirnos aceptados. Es un temer tan grande, que empuja a la persona que lo padece a intentar retener aquellas personas importantes para ella.

La dependencia, como ya he citado antes, suele experimentarse como una adicción. Si la persona que la padece intentará por todos los medios cubrir sus necesidades afectivas y emocionales. Si no lo consigue, experimentará algo parecido a un síndrome de abstinencia con todo lo que ello conlleva. Puede llegar a experimentar altos grados de ansiedad, e incluso caer en una depresión.

A continuación, veremos los tres tipos de dependencia emocional:

  • Dependencia emocional en la familia. Todos somos dependientes en los primeros años de vida. Necesitamos de nuestros progenitores y adultos próximos para sobrevivir. Pero con el paso de los años logramos independizarnos emocionalmente de ellos, y empezaos a vivir por nuestra cuenta. Hay personas que necesitan mantener ese vínculo. Puede darse tanto en hijos hacia sus progenitores, o viceversa, es decir, padres que quieran mantener a sus hijos a su lado. Son lazos familiares totalmente disfuncionales, que suelen mantenerse unidos mediante manipulaciones y chantajes emocionales. Son unos lazos familiares totalmente destructivos y dañinos.
  • Dependencia emocional en la pareja. Es una de las dependencias emocionales más frecuentes. Se basa en la necesidad de una persona por mantener a su lado a su pareja. Necesita de sus atenciones, de su compañía, y de su cariño. Son relaciones basadas en la necesidad y en el miedo a la soledad. Nada tiene que ver con el amor en estos casos.
  • Dependencia social. Este tipo de dependencia se basa en el miedo al rechazo y a no ser tenido en cuenta por los demás. Puede darse con personas pertenecientes al grupo de amistades, de la persona dependiente, o quizás del ámbito laboral. La persona que sufre este tipo de dependencia, quiere ante todo ser aceptada y valorada por aquellas personas que cree que son importantes para ellas.

Sus causas

Entre las causas principales de la dependencia emocional podemos encontrar:

  • Relaciones basadas en el apego en la infancia. Las personas dependientes suelen aprender a mantener relaciones tóxicas desde que son pequeños, ya que al menos uno de sus progenitores usarla la manipulación para crear la unión con el niño.
  • Niveles bajos de autoestima. Otra de las causas es una baja autoestima que lleve a la persona a buscar la valoración y la aceptación de los demás, creando relaciones basadas en la dependencia.
  • Poca madurez emocional. Una de las causas más comunes de la dependencia emocional es el poco desarrollo emocional de la persona que lo padece, llevándole a padecer unas carencias internas que intentará resolver necesitando a los demás.
  • Relaciones traumáticas. Por último, una de las causas más frecuentes es haber sufrido alguna relación traumática y tóxica que ha llevado a la persona a desarrollar una profunda necesidad a ser aceptada por los demás. Esa necesidad está basada en el miedo. Quizás se pueda dar el miedo a sentirse rechazado, a la soledad, o a ser ninguneado.

Síntomas de la dependencia emocional

Entre los síntomas de la dependencia emocional más comunes encontramos:

  • Necesidad de tener y mantener relaciones, aunque estas sean insanas. Es decir, las personas dependientes buscan constantemente iniciar relaciones que rellenen su vacío interior, y cuando las tienen las intentan mantener a toda costa. Son relaciones basadas en la necesidad.
  • Necesitan estar con la persona de la cual dependen. Otro de los principales síntomas de la dependencia emocional es la gran necesidad por parte de la persona dependiente, de estar al lado de la persona de la que dependen. Si no pueden hacerlo, sus niveles de ansiedad se disparan. Necesita controlar a la otra persona.
  • Miedo atroz al rechazo y a la soledad. Las personas dependientes tienen como su mayor miedo, la soledad y sentirse rechazadas. No soportan no sentirse atendidas o queridas. Es por ello que necesitan mantener a los demás a su lado.
  • Usará la manipulación. Uno de los síntomas de la dependencia emocional más comunes es el hecho de que las personas dependientes manipulará a la otra persona, con tal que ésta permanezca a su lado. Solo le importa las necesidades propias, y es incapaz de ponerse en el lugar de la otra persona. Es una actitud totalmente inmadura y egoísta.
  • Idealiza a su pareja. Para ella, su pareja lo es todo. De ella obtiene atención, compañía y afecto. Y no puede vivir sin ello. Así que percibirá a su pareja como un ente superior que debe mantener a su lado, sea como sea.

Cómo dejar de ser dependiente

Para prevenir la aparición de los síntomas de la dependencia emocional, podemos aplicar las siguientes cinco recomendaciones:

  • Aceptar nuestra dependencia. Es importante que logremos identificar el problema. Aceptar lo que nos ocurre es el primer paso para afrontar la problemática, y buscar la ayuda que necesitamos. El miedo puede paralizarnos, no permitiéndonos dar el paso para superar nuestra adicción emocional. Por ese motivo, debemos tomar la decisión de afrontar nuestra dependencia, dejando a un lado nuestros temores.
  • Vuelve a disfrutar de tu soledad. Es muy importante que la persona dependiente vuelva a sentirse bien en soledad. Es esencial tomar distancia respecto a los demás, encontrando un lugar y un momento para nosotros. La soledad nos aporta muchos beneficios, como por ejemplo: nos permite reflexionar y encontrarnos a nosotros mismos.
  • No huyas de tus pensamientos. Toma consciencia de lo que sientes y piensas en cada momento. No intentes huir de ello. Cuando notes que estás pensando demasiado, y que estos pensamientos son nocivos, debemos dejarlos a un lado. Para ello es recomendable hacer actividades como pasear o hacer deporte. Hay que hacer todo aquello que nos permita que nuestra mente se centre en cosas positivas y constructivas.
  • Comunícate. Expresa tus emociones en todo momento, y explica a los demás cómo te sientes. De ese modo, las personas que están a tu lado pueden ayudarte en tu proceso terapéutico, además de que te permite desahogarte emocionalmente.
  • Busca ayuda profesional. La dependencia emocional no desaparece por si sola. Se necesita apoyo y ayuda terapéutica. No existen atajos para afrontar esta problemática.

La vida no deja de ser un camino. Aprendemos a base de caminar por él, y tarde o temprano, llegamos a aprender que debemos vivir sin miedos y sin ansiedad, y que debemos aprender a disfrutar del ahora, de los que somos, y de las personas que queremos. La necesidad no es vida. Por ello debemos dejar de necesitar y aprender de nuevo a vivir. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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