Cómo superar un ataque de pánico

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💬 “Saber cómo superar un ataque de pánico comienza cuando entiendes que no estás en peligro, solo asustado. Recuperar el control es posible cuando aprendes a escuchar tu cuerpo con calma y compasión.” – Psicólogo Emocional Online 🌿

Imaginad. Has salido del trabajo. Ha sido un día estresante. Llevar ya un tiempo notando que la presión va haciendo huella en ti. Las presiones familiares, laborales, etc., se van convirtiendo en una carga demasiado pesada. Tu ánimo está por los suelos, pero intentas ser efectivo en todo lo que haces en tu vida diaria. No te permites el descanso o el desconectar de toda esa carga vital.

Pues ahora, caminando hacia casa, cuando el estrés que has soportado en el trabajo se va rebajando, aparece una sensación extraña. Jamás habías sentido nada parecido. Sientes una profunda angustia. Comienzas a temblar. Tienes dificultades para caminar, y la visión se vuelve borrosa. Empieza a dolerte el pecho, y a nota como todo tu cuerpo de tensa. Es en ese momento cuando en tu mente aparece el temido pensamiento: ¡Me estoy muriendo! El temido ataque de pánico ha comenzado. Debemos aprender cómo superar un ataque de pánico.

Qué son los ataques de pánico

Podríamos definir un ataque de pánico como aquella crisis donde la persona experimenta un elevado nivel de ansiedad, y ello se prolonga en el tiempo. Nuestro organismo tiene que responder a tanta presión. Cuando estamos sometidos a un gran estrés durante un gran periodo de tiempo, nuestro cuerpo y nuestra mente se va tensando con la misma intensidad. Al final, toda esa tensión debe ser expulsada, y lo hace mediante los ataques de pánico.

Durante los ataques de pánico, nuestro cuerpo se tensa al máximo. Notamos taquicardias. Nos duele el pecho. Sudamos. Nos mareamos, y aparecen pensamientos catastrofistas. Aparece una sensación de asfixia intensa. Creemos morir, pero toda esa tensión va remitiéndose con el paso de los minutos, y todo vuelve a la normalidad.

La duración media de los ataques de pánico se sitúa alrededor de los 10 minutos de duración. Una vez pasado ese tiempo, la persona comenzará a relajarse. Es común que durante un ataque de pánico la persona crea que va a morir, ya que los síntomas aparecen de manera muy intensa, y quien los padece cree perder el control. Por ese motivo es importante mantener la calma, y volver a un estado calmado lo antes posible. Los pensamientos negativos solamente agravarán la crisis.

Diferencias entre los ataques de pánico y ataques de ansiedad

Ataque de ansiedadAtaque de pánico
Gradual, aparece por acumulación de estrés o preocupación, suele tener causa identificable.Aparece de forma súbita, incluso sin causa aparente; es muy intenso.
Los síntomas aumentan progresivamente, relacionados con pensamientos y anticipación de situaciones.Los síntomas son intensos y alcanzan su pico en minutos, pueden incluir palpitaciones, sudoración, mareo.
La duración puede ser prolongada, persiste mientras dure la situación estresante.Duran poco (10-20 min), pero se vive como peligro vital inmediato.
Permite cierto control, la persona puede identificar el motivo y aplicar estrategias.Se percibe una pérdida total de control y temor intenso a morir, volverse loco o perder el control.
Síntomas físicos menos intensos (palpitaciones, tensión muscular, inquietud).Síntomas físicos muy intensos y alarmantes: dificultad respiratoria, dolor en el pecho, sensación de muerte inminente.

Síntomas los ataques de pánico

Para aprender cómo superar un ataque de pánico, debemos conocer antes sus síntomas. Los principales síntomas de un ataque de pánico son:

  • Sensación de ahogo o de dificultad de respirar. Es uno de los síntomas más angustiosos que podemos experimentar en los ataques de pánico. Cuando estamos sufriendo estos ataques, notaremos cómo nos cuesta respirar, como si no llegara el oxígeno a nuestros pulmones. Pero solamente es una sensación producida por los impulsos nerviosos acelerados. Ante ellos es importante realizar ejercicios de respiración pausados para no hiperventilar. Al respirar controladamente, podremos relajar nuestro sistema nervioso central.
  • Dolor en el pecho. Es uno de los síntomas de un ataque de pánico más comunes. Está producido por la tensión muscular. Los dolores en el pecho pueden generarse mucho siempre, ya que siempre se confunden con un infarto. Para reducir los efectos de este síntoma también se deben realizar ejercicios de respiración pausada. Cuando más relajados estemos, más rápido remitirá el dolor.
  • Palpitaciones. La ansiedad es capaz de producir altos niveles de adrenalina en el organismo. Esto hace que el corazón comience a latir más rápido. Cuando esto ocurra, lo más recomendable es quedarse quieto, y respirar profundamente. Si nos mantendremos quietos, favoreceremos la calma. Si la mente consigue calmarse, también lo hará el cuerpo.
  • Palidez. Uno de los síntomas de un ataque de pánico menos conocido es la palidez de la piel. Cuando nos encontramos bajo los efectos de la ansiedad, la mayor parte de nuestra sangre, se desvía hacia los músculos para dar una mejor respuesta ante el peligro, es decir: “huir o luchar”. De ese modo, nuestra piel comenzará a palidecerse, ya que no obtiene el flujo sanguíneo que necesita. Una vez remite el ataque de ansiedad, la tonalidad de nuestra piel volverá a la normalidad.
  • Sudoración excesiva. Cuando sufrimos ansiedad, nuestro cuerpo se sobrecaliente al estar preparándose para el acto de huir o luchar. Por eso sudamos en exceso cuando estamos padeciendo un ataque de pánico. Para conseguir que nuestra temperatura corporal sea la norma, debemos esperar que la intensidad de nuestra ansiedad disminuya.
  • Temblores. Cuando estamos sometidos a un miedo intenso, es normal que nuestro cuerpo tiemble, ya que se da, en estos casos, una reducción drástica de la temperatura corporal. Dichos temblores o escalofríos cesarán cuando finalice el propio ataque.
  • Dolor muscular. Existen ciertas partes del cuerpo que son altamente sensibles al estrés, como son los hombros o la zona del cuello. Cuando sufrimos un ataque de ansiedad, incluso la mandíbula se nos tensa y llega a doler. El dolor perdura incluso una vez finalizado el ataque de pánico, así que debemos sobrellevar este síntoma lo mejor que podamos. Aplicar masajes en la zona puede aliviar los dolores.
  • Problemas digestivos. Nuestro sistema digestivo es una de las áreas de nuestro organismo que más sangre necesita. Recordemos que, en los temidos ataques de pánico, nuestra sangre es dirigida a los músculos para iniciar la maniobra de huida o de combate. Por ese motivo, nuestra digestión se ralentiza estrepitosamente, y los músculos digestivos se ven mermados. Ello provocará serios problemas, como por ejemplo: indigestiones, acidez, diarrea o estreñimiento.
  • Erupciones cutáneas. Uno de los síntomas de un ataque de ansiedad más comunes es padecer erupciones en la piel, manchas o, incluso, sequedad. Las personas que padecen este tipo de ataques pueden posteriormente sufrir eczemas alrededor de la nariz, mejillas y frente. Estas erupciones van desapareciendo a medida que los niveles de ansiedad se vayan reduciendo.
  • Debilidad y hormigueo en mano o pies. El hormigueo y debilidad en las manos o en los pies, suele ser causado por la gran acumulación de dióxido de carbono en el corriente sanguíneo de las extremidades. Es un síntoma que no es perjudicial para la salud, y puede superarse mediante un ligero ejercicio físico.
  • Sequedad bucal. Como ocurre con la sangre, todos los líquidos que generamos, se desvían a otras partes del cuerpo cuando sufrimos un ataque de pánico. Por ese motivo, nuestra boca experimenta una sequedad extrema. Podemos superar este síntoma, hidratándonos con asiduidad, e intentar lubricar la boca.
  • Alteraciones del sueño. El insomnio es uno de los síntomas más comunes de la ansiedad. Nuestra mente está sometida a tal nivel de estrés, que le es incapaz de desconectar. Es fundamental recuperar los antiguos patrones de sueño y horarios. De ese modo, nuestro bienestar personal mejorará enormemente.
  • Irritabilidad. Cuando nos sentimos mal, cansados o agobiados, nos encontramos más irritables. La principal causa de la ira es la tristeza, y es una reacción de defensa ante el miedo. Pero no podemos dejarnos arrastrar por ella. Debemos analizar cómo nos sentimos, y buscar soluciones efectivas. Debemos aprender cómo superar un ataque de pánico.
  • Miedo a perder el control. Los ataques de pánico conllevan una sintomatología muy intensa y dolorosa. Por ello, nuestros pensamientos se enturbian y perdemos la perspectiva de lo que nos está sucediendo. Es entonces cuando aparece el miedo atroz a enloquecer o perder totalmente el control. Todo ello desaparecerá a medida que también vayan desapareciendo los efectos del propio ataque sufrido.
  • Tristeza profunda. Cuando estamos sometidos a tal nivel de ansiedad, nos daña en nuestro propio estado de ánimo. Al encontrarnos mal, nos sentimos abatidos y tristes. Este síntoma solamente desaparecerá si tratamos adecuadamente la ansiedad. Es decir, mediante ayuda psicológica.
  • Pensamientos suicidas. La ansiedad nos afecta tan gravemente nuestra autoestima, nuestro estado de ánimo, y nuestro bienestar emocional, que la persona puede llegar a pensar en el suicido como única salida. Decir que, al padecer este síntoma, se debe acudir de forma urgente a la terapia psicológica, y quizás, al tratamiento farmacológico.
  • Distorsión visual y auditiva. Cuando sufrimos un ataque de pánico, y lo mismo que ocurre en otros síntomas, la sangre de nuestro cuerpo se dirige hacia los músculos para huir o luchar. Por ese motivo, algunos órganos y sentidos se ven mermados de flujo sanguíneo, como la visión o la audición. Cuando remite el propio ataque, estos síntomas desaparecen sin más.
  • Cefaleas o dolores de cabeza. La ansiedad produce tanta presión mental que puede llegar a alterar el buen funcionamiento de nuestro cerebro, y crear alteraciones tales como son los propios dolores de cabeza o cefaleas. Es un síntoma que desaparecerá por sí mismo.
  • Agorafobia. La ansiedad es fruto del miedo, y el miedo genera más miedo. Algunas personas que sufren este tipo de trastorno generan un miedo común: el miedo a los espacios abiertos y concurridos. Los perciben como un potencial peligro, y los evitan a toda costa. Solamente se supera la agorafobia mediante ayuda profesional.

Y estos son los principales síntomas de un ataque de pánico. Recordad que la ansiedad es un trastorno que no va a desaparecer por sí solo. Para ello se necesita de tiempo y de ayuda psicológica. Solamente de ese modo se puede combatir con éxito la ansiedad y sus síntomas. La terapia nos ayudará a saber cómo superar un ataque de pánico.

Causas de los ataques de pánico

Aprender cómo superar un ataque de pánico debemos antes saber el origen de toda la ansiedad que padecemos en esos momentos. Entre las causas más comunes que desembocan en un ataque de pánico encontramos:

  • Predisposición hereditaria y factores ambientales. Si tenemos una predisposición genética a padecer ansiedad, y existen unos factores que la desencadenen, todo ello generará el temido ataque de pánico y el hecho de padecer niveles altos de ansiedad.
  • Causas biológicas. Como la ansiedad generalizada, el estrés, hipertiroidismo, deficiencia de vitamina B, problemas del oído internos, hipoglucemia, etc.
  • Miedos que la persona es incapaz de gestionar. Y afectan a todos los ámbitos de su vida. Padecer esa fobia durante mucho tiempo y con una gran intensidad, puede desembocar en un ataque de pánico.
  • Fármacos. Algunos fármacos tienen como efectos secundarios generar ataques de pánico como, por ejemplo, algunos antidepresivos, o sustancias estimulantes como la cafeína.
  • Pensamientos obsesivos. Estar siempre pensando en qué ocurrirá y estar siempre alerta por ello, genera que al final nuestros niveles de ansiedad se disparen y padezcamos un ataque de pánico.
  • Síndrome de abstinencia. Dejar alguna sustancia tóxica como las drogas, el tabaco o el alcohol, puede generar los ataques de ansiedad.

La metáfora de la olla a presión

Para entender en qué consisten los ataques de pánico, podemos utilizar la metáfora de la olla a presión, para ayudarnos a entender qué ocurre cuando sufrimos estas crisis de ansiedad provocadas por el miedo y el estrés.

Visualiza una olla a presión. El agua al principio está fría y poco a poco comienza a hervir. Una vez que el agua se encuentra en un punto alto de ebullición, comienza a generar vapor. Ese vapor crea una presión cada vez más grande. Existe un momento en el cual la olla no puede soportar tanta presión, y suelta el vapor mediante una válvula, y todo vuelve a empezar. La olla irá soltando toda aquella presión elevada.

Ahora piensa en tu mente. Estás sometido a un nivel de estrés y de exigencia muy elevados en tu día a día. Toda esa presión se va acumulando en nuestro interior. Entonces nuestra ansiedad cada vez se eleva más, y cuando la presión es tan alta que ya no se puede acumular más, nuestra mente expulsa toda esa presión mediante los temidos ataques de pánico. Por ello, nuestro cuerpo se tensa hasta el límite y nuestra mente se bloquea. Todo esto ocurre hasta llegar a un punto en el cual hemos liberado toda esa tensión acumulada, y nos comenzamos a relajar de nuevo. Y si no se trata, volverá siempre a ocurrir lo mismo.

Nuestra mente se comporta como esa olla a presión. En vez de acumular vapor, nuestra mente acumulará tensión. Toda esa tensión deberá ser expulsada como la olla que expulsa los vapores sobrantes. Y todo volverá a normalidad una vez que nos libramos de esa presión. Pero si no tratamos nuestra ansiedad, el proceso volverá a aparecer. Es necesaria la ayuda terapéutica para saber cómo superar un ataque de pánico.

Cómo sanar el abuso emocional

💬 “Un ataque de pánico no define tu fortaleza. Aprender a respirar, comprender lo que sientes y acompañarte con paciencia es el primer paso para volver a sentirte en paz.” – Psicólogo Emocional Online 🌱

Consecuencias de padecer un ataque de pánoco

Cuando aparecen los ataques de pánico, notamos que el corazón comienza a latir con más velocidad. Se nos encienden todas las alarmas. Comenzamos a pensar que estamos sufriendo un ataque al corazón debido al dolor extremo en el pecho. Comenzamos a sudar. Nos mareamos. Sentimos náuseas. Creemos que vamos a perder el conocimiento y desmayarnos. Hemos perdido en ese momento todo el control de la situación.

Nuestra mente está sumergida en el dolor físico, y en el miedo a morir. Son 10 minutos que parecerían horas. Pero poco a poco todos esos síntomas se van remitiendo, y nos vamos sintiendo mejor. Estamos más relajados. El ataque de pánico ha parado, ¿cuáles son sus consecuencias?

Los ataques de pánico tienen inevitablemente consecuencias negativas, pero en ningún caso lleva a la muerte de la persona que los padece. Físicamente, esta clase de crisis no tiene ninguna consecuencia nociva. Es más, si nos hicieran pruebas médicas, los resultados serían normales. No hay daños, por ejemplo, en el corazón.

Pero las consecuencias psicológicas y emocionales son muy grandes. Cada ataque de pánico hará que nuestros miedos y fobias arraiguen cada vez en nosotros. Nuestros temores se harán más fuertes, y la ansiedad se alimentará de ellos. Al estar constantemente en alarma, cualquier señal externa será interpretada por nuestra mente como una amenaza, e iniciará siempre un nuevo ataque de pánico.

Otra consecuencia es el aislamiento social y la evitación de las situaciones que tememos. Por ejemplo, es normal que una persona que sufre ataques de pánico, tema el hecho de padecer una crisis en público o ante personas. Esa persona hará todo lo posible por evitar estar fuera de casa, y de reunirse con más personas. Es aquí cuando la propia ansiedad genera problemas de fobia social y de agorafobia. Para evitar todas estas consecuencias debemos saber cómo superar un ataque de pánico.

Ataques de pánico, una epidemia silenciosa

Se consideran a los temidos ataques de pánico como una epidemia silenciosa, que se extiende irremediablemente en nuestra sociedad. Vivimos sometidos a grandes niveles de estrés, y es tanta la presión que soportamos día a día, que nuestros niveles de ansiedad se elevan generando el denominado ataque de pánico. La ansiedad y sus consecuencias son una de las primeras causas de atención psicológica.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres de cada diez personas sufren ataques de pánico en algún momento de sus vidas. Es un porcentaje muy alto, ya que el 30% de la población los sufrirá. La OMS calcula que alrededor de seis millones de personas consultan cada año, por uno o varios síntomas de pánico. Y de esos seis millones, un millón presentan un cuadro sintomatológico completo y están en tratamiento.

Una de las razones que se barajan para explicar el auge de los casos de ataques de pánico es el modo de vida actual, donde el estrés es muy elevado y las posibilidades de aliviar toda esa tensión se ven reducidas, ya que también se reduce el apoyo social y familiar. Por todo ello, debemos saber siempre cómo superar un ataque de pánico.

Ataques de pánico nocturnos

Una noche te despiertas sobresaltada y abruptamente. Empiezas a sufrir taquicardias, sudoración extrema, sensación de ahogo, e inquietud. Son los síntomas de lo que conocemos como ataque de pánico nocturno. Son similares a los ataques de pánico diurnos, con la única diferencia de que no podemos ser conscientes de que estamos sufriendo el ataque hasta que no nos despertamos. Todo ocurre de manera sorpresiva y bruscamente.

Los ataques de pánico nocturnos no se producen de forma aislada. Suelen darse cuando también se dan ataques diurnos. Es decir, suelen producirse cuando también sufrimos ataques de pánico durante el día.

Quien padece un gran nivel de ansiedad durante un tiempo prologado, debe expulsar toda esa presión mediante los ataques de pánico. Y estos se producen siempre en momentos en que “bajamos la guardia” y nos sentimos más relajados. Por ello, son muy comunes los ataques de este tipo mientras dormimos, ya que son momentos en los cuales nuestro cuerpo y nuestra mente descansan. Es esencial que aprendamos cómo superar un ataque de pánico para recuperar la calma que necesitamos.

En los momentos en los que estamos más relajados, es cuando toda esa tensión y angustia que hemos soportado, surgen sin avisar. En la noche, cuando descansamos, es un momento propicio para que la ansiedad nos ataque, y lo hará mediante un ataque de pánico nocturno. Sus síntomas tan dolorosos y paralizantes nos abordan cuando hemos bajado la guardia y no estamos tan en alerta. La ansiedad se alimenta del miedo, y la noche es propicia para centrarnos en todo aquello que nos asusta y nos angustia.

Diferencias entre los síntomas de un ataque de pánico y un infarto de miocardio

Ataque de pánicoInfarto de miocardio
Dolor en el pecho de tipo agudo o punzante, suele centrarse en el pecho y no se irradia. Dolor opresivo, sensación de peso, generalmente se irradia al brazo izquierdo, mandíbula, cuello o espalda.
Dificultad para respirar (sensación de ahogo) que suele mejorar con la respiración consciente. Dificultad respiratoria, generalmente no mejora con respiración y puede acompañarse de sensación de muerte inminente.
Palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de irrealidad, miedo a «perder el control» o «morir». Sudoración fría, náuseas, vómitos, fatiga, aturdimiento; la piel puede estar pegajosa, acompañada de debilidad extrema.
Síntomas alcanzan su máxima intensidad en pocos minutos y suelen remitir en 15-30 minutos. Síntomas persistentes que pueden durar más tiempo y aumentar progresivamente en intensidad.
No hay daño físico real en el corazón, aunque el malestar es muy intenso. Lesión real del músculo cardíaco por falta de riego sanguíneo; necesita atención médica urgente.

Cómo cómo superar un ataque de pánico

Afrontar el pánico no es nada sencillo. Cualquier persona que lo sufra o lo ha sufrido, puede confirmarlo. Pero no es una tarea imposible. Se requiere mucho esfuerzo y paciencia. Y ello parte de una decisión. La decisión para tratar aquello que nos atormenta.

Existen algunas claves para saber cómo superar un ataque de pánico, como son:

  • No gestionar adecuadamente nuestro nerviosismo hará que nuestro estrés se eleve.
  • Los ataques de pánico no tienen ninguna consecuencia física ni mental. Todo nuestro organismo no sufrirá. Pero tenemos que tener en cuenta, que no tratar nuestro pánico hará que pueda haber secuelas psicológicas y emocionales.
  • No intentes anticiparte al futuro. Lo que tenga que ocurrir, ocurrirá. Estar pendiente de todas las señales y estímulos hará que nuestros niveles de ansiedad se disparen.
  • Debemos afrontar y tratar nuestros miedos, no evitarlo. La evitación hará que el problema se haga más grande, y se prolongue más en el tiempo.
  • Acepta todas las emociones y sensaciones que experimentas.
  • Utiliza estrategias para calmarte como, por ejemplo, ejercicios respiratorios o la meditación.
  • Una vez haya pasado la crisis, retoma tus actividades de forma tranquila y pausada.

Cuando suframos un ataque de pánico, debemos seguir los siguientes pasos, y así poder volver a la normalidad lo antes posible:

  • Cuando aparezcan los síntomas: dolor torácico, sudoración, mareos, tensión muscular, etc. Siéntate o túmbate. Da igual si estás en casa o en un lugar público. Evita estar de pie. Si estás acompañado, avisa a las personas de tu alrededor de lo que está ocurriendo.
  • Cierra los ojos y céntrate en ti. Deja a un lado los estímulos externos.
  • Deja a un lado los pensamientos de muerte inminente o pérdida de control. No pasa nada. Tu cuerpo se está tensando, y tienes que ayudarlo a volver a la normalidad. Así que, comienza a respirar pausadamente. Respira por la nariz y expulsa el aire por la boca. Masajéate el pecho. Intenta aliviar toda esa tensión.
  • Tus pensamientos deben centrarse en algo positivo, como, por ejemplo, que estás sufriendo una crisis, pero que en breve pasará.
  • En unos minutos te irás relajando. Sigue respirando. Cuando estés de nuevo bien, levántate lentamente, y tómate tu tiempo para continuar. Deja a un lado las prisas, y vuelve a rencontrarte.
  • Por último, retoma tus actividades poco a poco. Y por encima de todo. Plantéate buscar ayuda profesional. Debes afrontar aquello que tanto temes y que te impide seguir adelante.

Cómo ayudar a alguien que sufre un ataque de pánico

Quizás hayas sufrido alguna crisis de pánico. Pero cuando le ocurre a otra persona, no sabemos cómo podemos actuar. A continuación, veremos algunas pautas sencillas, para ayudar a alguien que esté padeciendo un ataque de pánico. Y las pautas son:

  • Si desconoces si la persona ha sufrido anteriormente un ataque de pánico, llama al servicio de urgencias, ya que quizás esté sufriendo otros problemas médicos como puede ser el asma o la diabetes.
  • En esta situación es normal que la persona que intente ayudar se ponga muy nerviosa. Tranquilízate y respira hondo. Conserva la calma y de ese modo podrás transmitírsela a la otra persona. Utiliza un todo de voz pausado, cálido y firme. Acompaña tus mensajes con contacto corporal. Quizás cógele la mano, por ejemplo. Que note esa persona que estás ahí.
  • No le des órdenes. Pregúntale si toma alguna medicación durante las crisis. Sí es así, ayúdale a tomarla.
  • Jamás discutas sus miedos. Solo conseguirás ponerte y ponerle más nervioso. Solo intenta tranquilizarle. Deja que experimente sus propias sensaciones.
  • Quizás la persona quiera huir, o se quede paralizada, a lo mejor, se encierra en una habitación. Haga lo que haga, acompáñala. Es importante que se sienta arropada.
  • Aliéntala. Dile que comience a respirar lentamente. Intenta desviar su atención a cosas positivas, pero sin atosigarla.
  • Escúchale y deja que se exprese. Eso hará que pueda liberarse de toda esa tensión y vuelva a estar calmada.
  • Si puedes refréscala. Dale agua, mójale la nuca, el cuello y el rostro. Eso le aliviará mucho, más si estás sudando abundantemente.
  • Y sobre todo, acompáñala todo el tiempo. Si en un máximo de 15 minutos, la crisis de pánico no ha desaparecido o no ha rebajado al menos su intensidad, pide ayuda médica.
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💬 “La terapia online te brinda un espacio seguro donde puedes aprender a entender tus ataques de pánico, recuperar el control y sentir que poco a poco la calma vuelve a ti.” – Psicólogo Emocional Online 🌿

Beneficios de la Terapia Online para superar un ataque de pánico

La terapia online ofrece numerosos beneficios para quienes experimentan ataques de pánico, proporcionando apoyo accesible, efectivo y flexible para ayudar a manejar estos episodios. Algunos de los beneficios más destacados incluyen:

  • Acceso Inmediato y Conveniencia: La posibilidad de recibir terapia desde cualquier lugar permite que los pacientes se sientan más seguros en un entorno familiar, lo cual es fundamental durante un episodio de pánico que puede hacer que las personas eviten salir de casa.
  • Flexibilidad de horarios: Las sesiones online suelen ofrecer horarios flexibles, facilitando que los pacientes elijan momentos menos estresantes para ellos y puedan programar sesiones de acuerdo con su disponibilidad
  •  Prácticas y herramientas de afrontamiento: Los terapeutas online pueden enseñar técnicas de relajación y estrategias de afrontamiento específicas para los ataques de pánico, como ejercicios de respiración, técnicas de atención plena y estrategias cognitivas que ayudan a manejar los pensamientos catastróficos en tiempo real.
  • Reducción de la estigmatización y mayor privacidad: Para algunos pacientes, asistir a una consulta física puede generar ansiedad adicional o incomodidad. La terapia online permite una mayor privacidad y el anonimato necesario para que el paciente se sienta cómodo y enfocado en su tratamiento.
  • Apoyo en las crisis: Muchos servicios de terapia online cuentan con recursos o comunicación asincrónica (mensajes o chats), permitiendo a los pacientes comunicarse con sus terapeutas en momentos de ansiedad elevada o ataques de pánico fuera del horario de consulta.

Estos beneficios permiten a las personas que sufren de ataques de pánico recibir un tratamiento accesible, personalizado y efectivo, especialmente cuando enfrentan limitaciones de tiempo o movilidad.

Preguntas frecuentes sobre los ataques de pánico

¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas severas cuando no existe un peligro real o una causa aparente. Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores y pueden hacer que la persona sienta que está perdiendo el control, sufriendo un ataque cardíaco o incluso muriendo.

¿Cuáles son los síntomas de un ataque de pánico?

Los síntomas comunes de un ataque de pánico incluyen: – Palpitaciones o ritmo cardíaco acelerado – Sudoración excesiva – Temblores o sacudidas – Sensación de falta de aire o asfixia – Dolor o molestias en el pecho – Náuseas o malestar abdominal – Mareo, inestabilidad o desmayo – Sensación de irrealidad o despersonalización – Miedo a perder el control o «volverse loco» – Miedo a morir – Entumecimiento o hormigueo – Escalofríos o sofocos

¿Cuánto dura un ataque de pánico?

Los ataques de pánico generalmente alcanzan su punto máximo en los primeros 10 minutos y suelen durar entre 20 y 30 minutos. Rara vez duran más de una hora. Es importante recordar que, aunque son muy intensos, los ataques de pánico no son peligrosos y eventualmente pasarán.

¿Cómo se puede manejar un ataque de pánico?

Para manejar un ataque de pánico: 1. Reconoce que es un ataque de pánico y que pasará. 2. Practica la respiración profunda y lenta. 3. Usa técnicas de relajación muscular. 4. Enfócate en el presente, utilizando tus sentidos para anclarte. 5. Repite afirmaciones positivas como «Esto pasará» o «Estoy a salvo». 6. No luches contra los síntomas, acéptalos y déjalos pasar. 7. Si es posible, permanece en el lugar hasta que la ansiedad disminuya.

Conclusiones sobre cómo superar un ataque de pánico

Soportar una gran presión durante un tiempo determinado, puede dar paso a la temida ansiedad. Es un trastorno que se alimenta de nuestros miedos, y nos convierte en la sombra de quienes fuimos. Los ataques de pánico son el resultado de sufrir un gran nivel de ansiedad durante un tiempo prolongado. Toda esa tensión acumulada debe ser expulsada de nuestra mente y nuestro cuerpo, y lo conseguimos mediante estos ataques.

La ansiedad es un trastorno que nunca desaparecerá por sí sola. Necesita que aprendamos a tratar todos nuestros miedos, a controlar la angustia que sufrimos, y a superarla. Para tratar la ansiedad tenemos que recurrir a la terapia psicológica. Es la única herramienta válida para gestionar todo aquello que nos angustia y alimenta nuestra ansiedad. Así que, apuesta por la terapia y apuesta por ti.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Daniel Molina

Sobre Daniel Molina

Soy Daniel Molina (n.º colegiado: 20237), Psicólogo Clínico especialista en Terapia Online con más de 12 años de experiencia.

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