Todos necesitamos descansar tanto física como mentalmente. Por ello es tan importante tener el descanso físico que necesitamos como saber desconectar la mente. La vida de por sí nos exige muchísimo. Nos vemos en la obligación de alcanzar nuestros objetivos diarios, exigencias sociales y familiares que cumplir, y expectativas propias que conseguir.
Con un nivel tan alto de actividad diaria es lógico que necesitemos descansar para reponernos. Tenemos que deshacernos de toda ese cansancio físico y mental que vamos acumulando día a día. Pero lo cierto es que, descansar físicamente es relativamente sencillo, lo complicado es aprender a desconectar la mente. Es una tarea difícil de conseguir.
Caemos en la trampa de dejar a un lado nuestras propias necesidades para cumplir las expectativas propias y de la sociedad. Dejamos de pensar en nosotros mismos, y nos volvemos personas fijadas en una actividad que nos lleve a cumplir unas exigencias impuestas.
Todos necesitamos nuestro momento
Cuantas veces nos hemos dicho, y hemos dicho a los demás que necesitamos nuestro momento. Es tanta la exigencia que experimentamos en nuestro día a día, que necesitamos decir: ¡Basta! Tenemos que tomarnos un respiro y lograr desconectar la mente. De ese modo podremos reencontrarnos con la paz que un día perdimos. Debemos aprender a disfrutar de nuevo de las pequeñas cosas, de aquello que nos gusta hacer, y de las relaciones que nos importan y nos dan valor.
Nos bombardean con la idea de que tenemos que ser activos siempre, y que descansar es de personas frágiles y vagas. Pero no podemos estar todo el día activo y mantener la misma intensidad. Al final enfermaríamos. Todos necesitamos nuestro momento para nosotros mismos. Necesitamos nuestros momentos de paz y de desconectar la mente.
La necesidad de desconectar la mente
Desconectar la mente es la mejor manera de relajarnos y desprendernos de todo el estrés que soportamos. Lo necesitamos. Si sometemos a nuestro cuerpo y a nuestra mente a una gran actividad acaban dañándose en forma de enfermedad. Cuando estamos expuestos a una gran exigencia que implica una activación constante, surgen problemas físicos como dolores articulares, cefaleas, etc. Y también surgen ciertos trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión o la afectación de nuestra autoestima.
Para desconectar la mente tenemos que librarnos de todo el estrés al que estamos sometidos. Es recomendable unas pequeñas vacaciones, hacer actividades que nos gustan y nos divierten, o tomar un baño caliente, entre otros ejemplos.
Porque para tener una buena salud física y mental tenemos que descansar y buscar ese momento para nosotros. Cada uno tiene sus necesidades y sus carencias, y deben ser cubiertas. Así que cuídate y quiérete.
Un momento para nosotros
Desconectar la mente es esencial si queremos que nuestro estado mental sea el adecuado. Diversos estudios dictan que necesitaríamos alrededor de una hora al día para nosotros. Para descansar, para cuidarnos, para hacer aquello que amamos, para emplearla en nuestro bienestar. No importa el momento del día, cualquiera vale para encontrar de nuevo nuestra paz.
En esa hora podemos simplemente ver aquella película que tanto nos gusta, o dar un paseo. Quizás podamos en ese momento centrarnos en nuestro presente. En revivir nuestros recuerdos, o revisar nuestros proyectos. Debe ser un momento nuestro. Un momento solo para nosotros.
Tenemos que dejar a un lado las opiniones de los demás. Son sus opiniones, y no quieren decir que sean la verdad suprema. Solo son opiniones. Así que céntrate en ti. Quiérete y vuelve a cuidarte. No tienes que estar las 24 horas del día activo. Nada es tan urgente. Resérvate esa hora solo para ti. Reencuéntrate de nuevo.
Cómo desconectar del trabajo o de las actividades diarias
A menudo las exigencias laborales, familiares y sociales son tan altas que nos empujan a estar siempre activos y en alerta. Todo ese cansancio físico y psicológico al final acabará pasándonos factura. Por ejemplo, estar expuestos a una alta autoexigencia al final nos acarreará la temida ansiedad, entre otros trastornos. Todos necesitamos descansar y desconectar de nuestras actividades diarias.
Nos han impuesto la idea de que, si bajamos el ritmo, y nos dedicamos a nuestro bienestar, es propio de personas irresponsables. Pero es todo lo contrario. Para realizar correctamente nuestras actividades diarias o laborales tenemos que estar bien, tanto anímicamente como físicamente. Y ello se consigue mediante el descanso físico, y el hecho de desconectar la mente.
A continuación, proponemos cinco consejos para aprender a desconectar del trabajo o de las actividades cotidianas:
- Reúnete con las personas que quieres. No importa el lugar, eso no importa. Lo realmente importante es que puedas estar con esas personas que quieres y que te quieren. Sentirse escuchado y escuchar a los demás nos libera de toda esa tensión acumulada. Favorece de nuevos tus relaciones personales y sociales.
- Haz aquello que te guste. Quizás has estado mucho tiempo pensando en empezar un curso de pintura o de guitarra. O quizás te has planteado realizar ejercicio y apuntarte a un gimnasio. Sea lo que sea hazlo. Porque hacer actividades que te gustan, te ayudará a desconectar de tu jornada laboral o de las actividades que realizas día a día.
- Planea algún viaje. No hace falta que sean viajes largos o de muchos días. Planea, aunque sea una escapada de fin de semana. Es importante que puedas cambiar de vez en cuando de ámbitos y de personas. Un viaje nos permite desconectar la mente, y abrirla a experiencias nuevas y placenteras.
- No uses tanto las redes sociales. Estar todo el día conectados no nos permite descansar, y desconectar de nuestro día a día. Conéctate solo lo necesario.
- Consume cultura. Apuesta por leer más, o por ver películas. Quizás te motive acudir a algún museo, o ir al teatro. Si consumes cultura te sentirás mejor, y con una mente más enriquecida. Te ayudará a desconectar la mente, y centrarla en aprendizajes nuevos.
Cuando aparece el cansancio mental
A menudo podemos llegar a sentir que nuestro día no es lo suficientemente largo, para todo lo que tenemos que realizar. Llevar un ritmo elevado, sin descansos al final nos desemboca al denominado: cansancio mental.
Todas las exigencias cotidianas hacen que nos movamos con una sensación terrible de agotamiento mental. El estrés es elevado, las preocupaciones se acumulan, y las multitareas diarias hacen que no logremos desconectar la mente.
Por todo ello, combatir el cansancio y desconectar la mente, hará que nuestro día a día sea mucho más productivo y relajado a la vez. El descanso es obligado para una buena salud física y psicológica.
Claves para desconectar la mente
- Date permiso para poder relajarte. Para conseguir descansar la mente necesitamos buscar un momento de paz y silencio, donde nuestra mente esté céntrate en disfrutar. No importa lo que tengamos que hacer, siempre debemos buscar ese momento y lugar para nosotros solos. Practicar la meditación es un buen método para combatir el cansancio emocional, y nos ayudará a gestionar adecuadamente nuestras emociones.
- Busca la paz. Deja a un lado tantos estímulos. Necesitamos que nuestra mente se relaje. Si queremos combatir el cansancio mental, debemos evitar que el entorno no dirija nuestra atención, y que esta se centre en nosotros. Escucharnos nos aporta la paz y la calma que necesitamos.
- Ves paso a paso. A veces pecamos de ser poco realistas, y nos podemos el listón muy alto. Cuando tenemos mucho que hacer y no llegamos, nos agobiamos y es cuando caemos en la desesperación. Cuando esto se prolonga en el tiempo, todo ese estrés genera la temida ansiedad. Por ese motivo debemos plantearnos hasta donde podemos llegar y hasta no Debemos velar por nuestra salud física y emocional.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online