Qué es la depresión doble
La depresión doble siempre aparece cuando se sufre en un principio distimia, y acaba derivando en una depresión mayor. La tristeza puede llevarnos por caminos muy oscuros, y sumergirnos en la más absoluta negrura.
La insatisfacción, la desesperanza, el hastío, y el cansancio, puede llevarnos a padecer un estado anímico patológico si no es tratado a tiempo. La depresión doble es el resultado de sucumbir en la más absoluta desesperanza. Es una realidad a tener en cuenta, ya que es un fenómeno cada vez más frecuente.
Si bien no todo el mundo ha oído hablar de la depresión doble, pero sí que conocemos la tristeza, y como si no hacemos nada al respecto, nos va carcomiendo por dentro, y acabamos por sufrir la temida depresión.
Lo cierto es que la depresión doble está siendo objeto de estudio en los últimos tiempos, ya que cada vez es más frecuente encontrar a personas que pasan de un trastorno depresivo persistente (distimia), a una depresión mayor. La depresión se intensifica cuando no es tratada adecuadamente.
Diversos estudios científicos han demostrado que el origen de la doble depresión se encuentra en la cronicidad de la propia distimia. Existen personas que viven permanentemente en un estado de hastío y baja motivación, capaz de mermar sus capacidades mentales y físicas. Esa tristeza constante, junto con un desánimo y una fatiga crónica, hace que la persona acabe por sufrir una depresión mayor, y pierda, de ese modo, el control de sus vidas.
Cuando el estado de ánimo cae tan bruscamente, y nos encontramos en una situación de indefensión total, esa leve depresión se trasforma en una depresión mayor. En ese preciso momento aparece la desesperanza, los sentimientos de culpabilidad, y las ideas suicidas. Son situaciones clínicas tan graves, que los especialistas tienen ante sí todo un desafío terapéutico para tratar los síntomas, averiguar sus causas, y desarrollar un tratamiento afectivo que ayude al paciente a superar la depresión tan grave que sufre.
Síntomas de la depresión doble
Como ya hemos citado, la depresión doble es el resultado de una complicación grave del trastorno depresivo persistente (distimia). Este tipo de depresión empezó a identificarse a mediados de la década de 1980, pero no ha sido hasta estos últimos años cuando se ha empezado a tener en cuenta este trastorno. Incluso en la nueva edición del DSM-V (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) es clasificado y descrito de la siguiente manera:
- La depresión doble se inicia a raíz del sufrimiento de un trastorno depresivo persistente. Es decir, la persona ha convivido la mayor parte de su vida con un sentimiento profundo de tristeza, y con un estado de ánimo bajo, sumergido en la desesperanza. Son estados crónicos, donde a pesar de la que persona se pueda desarrollar correctamente su vida cotidiana, experimenta una falta de energía y un cansancio extremos, unidos por sentimientos de tristeza, problemas para relacionarse, y dificultad para la toma de decisiones.
- El trastorno depresivo persistente es muy difícil de detectar. Suele confundirse con un modo de ser negativo y triste. Las personas que lo padecen llegan a cumplir con sus obligaciones, sus trabajos y con sus relaciones sin pedir ayuda terapéutica. Pero al final su estado siempre acaba empeorando, y sufriendo una depresión mayor.
- Las personas que sufren depresión doble experimentan una pérdida total de interés hacia todo lo que les rodea. Nada consigue motivarles ni atraerles. Parece que nada les importe ni le anime.
- Suele aparecer problemas relacionados con el sueño. Puede aparecer la hipersomnia o el insomnio.
- Aparece también alteraciones motoras, donde la persona experimenta una gran dificultad para moverse, y realizar actividades de lo más cotidianas.
- Cuando la persona pasa de sufrir una distimia a una depresión mayor, puede aparecer idas suicidas.
- La desesperanza da paso a la idea de desaparecer. Es ahí donde podemos ver la intensidad del cambio entre la distimia a la depresión mayor.
Causas de la depresión doble
Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Boston indica que alrededor del 10% de la población padece distimia. Y de esas personas, casi un 75% tiene riesgo de desarrollar una depresión doble. Las causas de este fenómeno suelen ser las siguientes:
- Un estado de ánimo bajo, donde la tristeza y la desesperanza están presentes, deriva siempre en otras alteraciones como, por ejemplo: aislamiento social, cansancio extremo, una mala alimentación, falta de higiene, etc. Todas estas condiciones van distorsionando la propia realidad del paciente, hasta que surgen problemas en todos los ámbitos de su vida, como es el trabajo, las relaciones personales, etc.
- Un estado emocional alterado irremediablemente siempre deriva en una pésima calidad de vida. Si no se trata adecuadamente la distimia, esta se trasforma poco a poco en una depresión mayor, donde todos los síntomas se agravarán intensamente.
Diferencias entre la depresión y la depresión doble
Depresión | Depresión Doble |
---|---|
Puede ser episódica o crónica | Combinación de distimia crónica y episodios de depresión mayor |
Síntomas pueden variar en intensidad | Síntomas más graves y persistentes |
Puede durar semanas o meses | Dura al menos 2 años, con episodios de depresión mayor superpuestos |
Puede responder bien al tratamiento | Mayor resistencia a los tratamientos psicológicos y farmacológicos |
Puede tener períodos de remisión | Síntomas presentes casi continuamente, con breves períodos de mejoría |
Impacto variable en la funcionalidad | Mayor grado de incapacitación y más ingresos hospitalarios |
Puede afectar a cualquier edad | Mayor prevalencia en la mediana edad (25-35 años) |
Cómo tratar la depresión doble
Aunque parezca lo contrario, siempre es más fácil tratar la depresión mayor que la distimia. Con esta última sabemos cómo podemos actuar, pero la distimia tienen un diagnóstico muy difícil, y siempre acaba derivando a la depresión. Por tanto, cuando se diagnostique una depresión doble, es necesario llevar a cabo una serie de estrategias. Y entre ellas podemos encontrar:
- Terapias encaminadas a la expresión emocional, y que ayuden al paciente a saber identificar qué le pasa, y cómo puede canalizar todo lo que siente en su interior. Cuando una persona es capaz verbalizar esa profunda tristeza, puede llegar a aprender a cómo gestionarla.
- Terapia encaminada a cambiar las creencias y comportamientos disfuncionales de la persona, con tal de haya una reestructuración cognitiva y conductual. La terapia cognitivo-conductual suelen tener muy buenos resultados a la hora de tratar la depresión mayor.
- En estados depresivos graves se puede plantear combinar el tratamiento terapéutico con el farmacológico. Pero debe haber una valoración previa del estado de la persona, y si puede favorecerle este tipo de tratamientos combinados.
Beneficios de la Terapia Online para la depresión doble
La Terapia Online brinda asistencia crucial para el manejo de los síntomas de la depresión doble. Algunos de sus beneficios específicos se destacan a continuación. Y estos son:
- Continuidad y consistencia en el tratamiento. La depresión doble, a menudo denominada depresión mayor, requiere una atención prolongada y duradera, ya que es una dolencia persistente que persiste durante un período prolongado. La terapia online facilita la coherencia en el tratamiento al ofrecer sesiones que resultan especialmente útiles en episodios de depresión intensa, teniendo en cuenta que las personas muchas veces carecen de motivación y energía para acudir a las consultas presenciales. La accesibilidad desde cualquier lugar también facilita el seguimiento a largo plazo.
- Estrategias personalizadas. Una ventaja significativa de la terapia online para la depresión concurrente es la capacidad de modificar la intervención en consonancia con las fluctuaciones de los síntomas depresivos. Pero cuando no están tan mal, el consejero les ayuda a fortalecerse emocionalmente y les enseña cómo mantener bajo control el mal humor.
- Flexibilidad horaria. Las personas que padecen trastorno bipolar encuentran frecuentemente fluctuaciones en su estado emocional y fases de mayor susceptibilidad emocional. La Terapia Online ofrece una mayor adaptabilidad a la hora de concertar citas en momentos en que el paciente está más receptivo o requiere atención inmediata. Esto facilita asistir a los pacientes cuando más lo requieren y permite modificar las intervenciones de acuerdo con su condición emocional.
- Acceso rápido en situaciones de emergencia emocional. Las personas con doble depresión pueden pasar momentos difíciles con pensamientos tristes o sentir que nada mejorará, pero la terapia en línea les permite obtener ayuda rápida o hablar con un terapeuta cuando lo necesiten. Esta accesibilidad ayuda a mitigar la exacerbación de los síntomas y brinda al paciente la serenidad que surge de la seguridad de una asistencia inmediata.
La terapia online sirve como un medio potente para abordar el trastorno depresivo persistente, presentando una asistencia accesible y adaptable adaptada a la complejidad de esta afección. Gracias a la continuidad e individualización de la atención, los pacientes pueden aprender a gestionar tanto los síntomas persistentes de la distimia como los episodios agudos de depresión mayor. Esto no sólo ayuda a mejorar su salud emocional, sino también a aliviar las aflicciones corporales y reforzar su fortaleza frente a futuras recaídas.
Preguntas frecuentes sobre la depresión doble
La depresión doble, también conocida como depresión crónica mayor, es una condición en la que una persona con distimia (depresión crónica de bajo grado) experimenta episodios de depresión mayor superpuestos. Es una forma más grave y persistente de depresión que combina síntomas crónicos de largo plazo con episodios agudos más intensos.
Los síntomas de la depresión doble incluyen: – Síntomas persistentes de distimia (al menos 2 años), como estado de ánimo deprimido, baja autoestima y fatiga – Episodios de depresión mayor superpuestos, que pueden incluir: • Tristeza profunda o desesperanza • Pérdida de interés en actividades • Cambios significativos en el apetito o peso • Problemas de sueño • Agitación o enlentecimiento psicomotor • Fatiga severa • Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva • Dificultad para concentrarse • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio La combinación de estos síntomas hace que la depresión doble sea particularmente debilitante.
El diagnóstico de la depresión doble implica: 1. Una historia de distimia durante al menos 2 años (1 año en niños y adolescentes) 2. La presencia de un episodio de depresión mayor superpuesto 3. Evaluación clínica por un profesional de salud mental 4. Descarte de otras condiciones médicas o psiquiátricas que puedan explicar los síntomas 5. Consideración de la duración e impacto de los síntomas en la vida diaria Es importante buscar ayuda profesional para un diagnóstico preciso, ya que la depresión doble puede ser confundida con otros trastornos del estado de ánimo.
El tratamiento de la depresión doble generalmente implica un enfoque combinado: 1. Psicoterapia: Terapia cognitivo-conductual (TCC) o terapia interpersonal 2. Medicación: Antidepresivos, a menudo en dosis más altas o combinaciones 3. Terapia electroconvulsiva (TEC) en casos resistentes al tratamiento 4. Estimulación magnética transcraneal (EMT) como opción alternativa 5. Cambios en el estilo de vida: Ejercicio regular, dieta saludable, mejora del sueño 6. Apoyo social y grupos de autoayuda 7. Terapias complementarias como mindfulness o acupuntura Debido a la naturaleza crónica y severa de la depresión doble, el tratamiento suele ser a largo plazo y puede requerir ajustes frecuentes.
Consejos para combatir la distimia
Como ya sabemos, la distimia es el primer paso para el sufrimiento de la depresión mayor. Por eso es muy importante tratarla a tiempo, y no dejar bajo ningún concepto que ese estado anímico bajo se vuelva crónico. Para ello, no existen atajos. Si sufrimos una tristeza profunda de la que no logramos salir, debemos acudir a la ayuda psicológica. Aun así, podemos realizar algunas acciones que mejoraran nuestro estado anímico, como son:
- Hacer actividades que nos ayuden a estar despejados y mantener la mente ocupada. Podemos plantearnos realizar algún deporte que nos guste, caminar, aprender a tocar un instrumento, o pintar, por poner algunos ejemplos. Sintiéndonos activos, mejoraremos nuestro estado anímico.
- Relaciónate más. No te quedes en casa asilado. Solo agravarás tu estado. Sal y relaciónate con todas aquellas personas que quieres. Comunícate y expresa todo aquello que te ocurre. Es muy importante contar con el apoyo de los demás. Y estos no sabrán ayudarte si tú no le dices cómo. Abandona ese aislamiento.
- Planea tu día. Es fundamental que mantengas una rutina diaria. Ello te permitirá poder tener una buena a higiene de sueño, de alimentación y de actividades.
- Muévete, aunque estés cansado. No caigas en la trampa de quedarte en la cama. Tienes que volver a sentirte activo.
- Pide ayuda siempre que la necesites. Busca tanto apoyo profesional como familiar y social. Es importante en esos momentos oscuros sentirse arropado por los demás.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online