¿Qué es la depresión atípica?
Todos tenemos en mente qué es la depresión y cómo se manifiestan sus síntomas. O bien la hemos padecido, o alguien muy cercado ha sufrido esta psicopatología. Pero existe un tipo de depresión que es difícil de diagnosticar, ya que su sintomatología es totalmente distinta a un cuadro depresivo típico. Es la denominada: depresión atípica.
Aunque denominemos este tipo de depresión como distinta y poco usual, su padecimiento es bastante común. Si bien es cierto que comparte muchas de las características de la depresión común, lo cierto es que hay algunas variables muy visibles, como por ejemplo, un estado de ánimo positivo, mucha energía, y gran respuesta cognitiva.
Es difícil poder comprender que una persona que está totalmente activa y positiva, también pueda estar padeciendo una depresión, pero así es. Como en todo, siempre hay excepciones, y la depresión atípica tiene unos síntomas propios que la diferencia de los cuadros depresivos comunes.
Aunque nos parezca un término actual, lo cierto es que la depresión atípica fue descubierta como tal en la década de los 50 del siglo pasado. Varios psiquiatras observaron cómo pacientes diagnosticados con un cuadro depresivo en un inicio, no respondían a los fármacos de igual modo que los demás pacientes. Es más, aquellos medicamentos no les hacía ningún efecto.
Además, estos pacientes no manifestaban los mismos síntomas que los pacientes que padecían una depresión mayor. Pero estos nuevos pacientes compartían algunos síntomas comunes, como por ejemplo, el dolor articular y muscular en brazos y piernas. Sentían un profundo dolor en todas sus extremidades. Además, su visión acerca de la vida era entusiasta y positivo. Se sentían llenos de energía, su apetito era voraz, y no dormían demasiado.
Lo más característico de los pacientes que padecían este tipo de depresión, es que su estado anímico se veía resentido al llegar la tarde. Toda esa energía se esfuma en esas horas que dan paso a la noche, pero aun así responden a las exigencias de su entorno, y a los estímulos que recibe. Pero como ya he añadido en el parágrafo anterior, sus movimientos se dificultan, y llegan a moverse torpemente, ya que el dolor en las extremidades se intensifica, y son incapaces de desplazarse con normalidad.
La depresión atípica requiere exclusivamente de un tratamiento psicológico personalizado. Y sólo en casos muy determinados se puede barajar la posibilidad de incorporar medicación como tratamiento complementario. Todo dependerá de las necesidades reales y exclusivas de cada paciente.
Síntomas de la depresión atípica
Los síntomas principales de este tipo de depresión tienen que ver más con el dolor físico, que con un malestar psicológico o emocional. Sus quejas se basan más en la incapacidad y el cansancio corporal. Todo ello se agrava siempre con un estado ánimo que se minimiza en los momentos finales del día.
Estos síntomas pueden dificultar enormemente un diagnóstico adecuado. Normalmente, esta clase de pacientes se quejan de un cansancio extremo, pero a nivel físico. Se puede llegar a deducir que ese agotamiento se debe a varios factores como el cansancio típico del día a día, de las labores. el trabajo, o por la falta de actividad. En algunos casos, estos síntomas pueden llevar a sospechar una falta de vitaminas o la necesidad de una mejora en la alimentación. Pero ese cansancio no tiene un origen físico, sino mental, y el reto para los profesionales es averiguar el origen del agotamiento extremo que padecen quien sufre este tipo de depresión.
Normalmente, antes de diagnosticar un origen mental o psicológico de ese agotamiento, se debería descartar otras posibles causas. Para ello sería necesario que se realizara algunas pruebas médicas para poder descartar las causas físicas. Una vez teniendo estos resultados, podemos empezar a evaluar su origen o causa psicológica.
Respecto al estado de ánimo y cómo reaccionan a los estímulos, las personas que padecen depresión atípica, es diferente a lo que experimenta quien padece una depresión típica. Las personas que padecen una depresión de tipo atípica tiene momentos durante el día que su estado de ánimo es positivo, y reaccionan de modo adecuado a los estímulos que reciben. No muestran un abatimiento o tristeza extrema. Quizás ese estado de ánimo baja cuando cae la tarde.
Es cierto que son personas que necesitan tener todo bajo control. Lo necesitan porque intentan lograr cierta paz interior. Cuando algo no pueden controlar, su ansiedad se eleva. Su estado de alerta es elevado, y siempre tendrá la sensación que algo malo puede sucederle. Ello le hace padeces un gran nivel de estrés, que prolongándose en el tiempo, puede generar los temidos ataques de pánico.
Uno de los síntomas más comunes en la depresión atípica es el dolor y pesadez en las extremidades, es decir, en brazos y piernas. Ello les dificulta los movimientos, y le merma su calidad de vida. Es un dolor a menudo tan intenso que llega a afectarles de forma permanente a su estado anímico, y al modo en que perciben las cosas, teniendo una visión negativa de la vida.
Las alteraciones en el sueño y en la calidad del descanso es otro de los síntomas de este tipo de depresión. Las personas que sufren esta psicopatología suelen padecer hipersomnia, es decir, necesitan dormir en exceso, aunque nunca se sienten totalmente descansados, aunque hayan dormido muchas horas. Su calidad del sueño y del descanso es negativa. Están tan en tensión que no pueden descansar correctamente, y padecen la eterna sensación de no recuperar nunca las energías para poder realizar las tareas del día a día.
Por último, remarcar que la depresión atípica está estrechamente relacionada con la ansiedad. Así que, uno de sus síntomas más comunes de este tipo de depresión, es necesidad de comer constantemente. La ansiedad está presente en las personas que padecen depresión atípica, y una manera de reducir ese nerviosismo es la comida. Por tanto, la alteración en el apetito nos puede ayudar a realizar un diagnóstico correcto.
Cómo se puede tratar
Lo primero que debemos saber es que la depresión atípica, aunque su nombre dicta lo contrario, es más común de lo que podemos llegar a pensar. Su diagnóstico es tan difícil de realizar, que a menudo se comete el error de poder confundir su sintomatología con cuadros de ansiedad, o con el trastorno bipolar. Por ese motivo es necesario realizar una evaluación extensa para poder tener en cuenta todos los síntomas, y descartar sus causas. El diagnóstico correcto es la clave.
Una vez que hayamos obtenido un diagnóstico efectivo, deberemos apostar por el tratamiento psicológico. La depresión atípica es una psicopatología crónica, por lo que se necesitará un apoyo constante, así como un seguimiento terapéutico personalizado. En algunos casos, o en algunos momentos, se puede complementar con terapia farmacológica. Todo dependerá de la intensidad en los síntomas.
Con una terapia personalizada, y un seguimiento continuo, el paciente puede aprender a controlar su depresión. Para ello es necesario la aplicación de estrategias terapéuticas que le ayuden a gestionar su realidad. Es posible vivir plenamente, pero para ello se requiere de tiempo y esfuerzo. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online