Maltrato Psicológico

El maltrato psicológico

Los daños físicos son siempre visibles y cuantificables. Cualquier herida es perceptible a simple vista, y fácilmente tratable. Pero las heridas del alma, no se ven, no se perciben a simple vista, y es un daño que es muy costoso tratar y reparar. Porque la violencia invisible duele muchísimo más porque nos ataca en lo más profundo de nuestro ser. Así es el maltrato psicológico.

Muchas veces el maltrato psicológico se combina con el físico, pero en otras veces no. Todo dependerá del nivel de control que quiera ejercer el agresor a su víctima. Es así, en todo maltrato siempre existirá una violencia psicológica. El maltrato físico nunca se da por sí solo, siempre está acompañado por la agresión mental, emocional y psicológica.

Las palabras que dañan

El maltrato psicológico daña mediante la palabra, los gestos, los desprecios, las degradaciones, los ninguneos, etc. Son herramientas que proporcionan al agresor un control total de su víctima, ya que consigue anularla.

Todo maltrato empieza muy sutilmente. Quizás se comience por pequeños reproches, y acabe por culpabilizar de todo a la pobre víctima. La persona maltratada jamás logra darse cuenta de lo que ocurre hasta que ya es muy tarde. El motivo reside en la habilidad del maltratador por ir sometiendo poco a poco a su víctima.

Para entender como un maltratador puede someter a su víctima sin que ésta se dé cuenta, podemos ejemplificarlo con la metáfora de la rana hirviendo: “Si metes a una rana en agua hirviendo, ésta saltará e intentará huir rápidamente, pero si la metes en agua tibia y vas calentándola poco a poco, la rana no se dará cuenta y acabará hervida”. Lo mismo ocurre con el maltrato psicológico, es tan sutil, que se va produciendo muy poco a poco, tanto que es imperceptible por la propia víctima.

Tenemos que entender que el maltrato psicológico se ejerce para seguir el control de la víctima. Es todo un ejercicio de poder. Un maltratador utilizará las siguientes técnicas para anular a su víctima:

  • Utilizará insultos, gritos, incluso te menospreciará. Su objetivo es conseguir que sientas que no vales nada, y que lo más importante en tu vida es él, el agresor. Consigue hacerlo de tal manera, que te sentirás incluso agradecida de que esté a tu lado.
  • Presentará celos patológicos. El maltratador siempre considerará a su víctima como su posesión más preciada, aunque al mismo tiempo pueda despreciarla.
  • Intentará siempre asilarte. Una víctima es más vulnerable cuando menos apoyo familiar y social tenga. Por ese motivo, los agresores intentarán, por todos los medios, conseguir que su víctima esté sola, a su merced. Hará que la propia víctima corte los lazos con sus seres queridos.
  • Empleará amenazas. Las amenazas son un efectivo recurso para dominar a otra persona. Un maltratador puede amenazar con abandonar a su víctima, por ejemplo. Las amenazas irán encaminadas a explotar las debilidades de las propias víctimas.
  • Ejercerá presión emocional y sexual. Todo ello hará que la víctima tenga un gran sentimiento de culpa. Si la víctima se siente culpable intentará “recompensar” a su agresor. Una persona con un profundo sentimiento de culpa es totalmente vulnerable.

Perfil del maltratador psicológico

A continuación, describiré las características principales de una persona que utiliza el maltrato psicológico como medio de sometimiento. Y entre ellas encontramos:

  • Es posesivo, dominante y exigente. Una de las sus primeras acciones será aislar a su víctima. Para ello no dudará en manipularla para que se aleje de su familia y amigos. De ese modo se convierte en una propiedad suya, y es más fácil de someterla.
  • Es egocéntrico. Un maltrato psicológico siempre es ejercido por personas que creen que el mundo gira alrededor de ellos. Siempre hará lo que quiera y cuando quiera. Para ello necesitan a personas que le ayuden a conseguirlo, y deberá someterlas para ejercer su voluntad.
  • Carácter agresivo. Si algo no sale como él quiere, el maltratador se enfadará, tendrá pataletas, malos modos, etc. Son comportamientos infantiles, propio de una mente poco madura. Cuando las cosas no surgen como él quiere, no dudará en culpabilizar a los demás.
  • Ridiculizan y humillan a su víctima. Un maltratador psicológico no dudará en ridiculizar a su víctima públicamente con tal de anularla, y que se sienta totalmente culpable. No hay nada más efectivo para minar la autoestima de alguien que mostrando sus defectos públicamente. Es una humillación tan grande que destruye el alma de las víctimas.
  • Son controladores. Controlar a su víctima les produce cierta sensación de calma. De ese modo intenta por todos los medios, saber qué hace su víctima en cada momento. Considera a esa persona como su posesión.
  • Es agresivo. Si es necesario, y cree que todo se vuelve en su contra, no dudará en utilizar la violencia para someter a su víctima. Son personalidades tan inmaduras que solamente son capaces de ejercer la violencia como solución a sus problemas. Las agresiones son capaces de retener y anular a la víctima, consiguiendo así todo lo que el maltratador quiere y anhela.

Perfil de la víctima de maltrato psicológico

El maltrato psicológico siempre suele aparecer de la misma forma, y ocasiona daños comunes entre las víctimas. Estas pueden ser de cualquier clase social. No existe un perfil único de persona maltratada, pero si existe una serie de características frecuentes entre todas las víctimas.

A menudo las víctimas del maltrato psicológico han sufrido algún tipo de violencia durante la infancia, desarrollando una baja autoestima, y una alta tolerancia a las agresiones. Normalmente, las víctimas han sufrido algún episodio depresivo previamente a caer en las garras de un agresor.

Entre los rasgos comunes en las víctimas del maltrato psicológico están:

  • Autoestima baja.
  • Sentimiento de culpabilidad por haber sido agredida.
  • Sentimiento de fracaso.
  • Temor y pánico.
  • Incapaces de gestionar sus emociones.
  • Sensación de incapacidad de controlar sus vidas.
  • Incapacidad de afrontar los problemas.
  • Si sienten responsables de la conducta de su agresor.
  • Aislamiento social y familiar.
  • Acepta fácilmente las órdenes o directrices de los demás.
  • Teme la soledad.
  • Puede llegar a caer en diversas adicciones.
  • Carencias afectivas previas.
  • Incapaz de la autocrítica.
  • Pensamientos poco constructivos.
  • Actitud pasiva y negativa.

Un maltrato continuado genera en la víctima ciertos procesos psicológicos, como son:

  • Indefensión aprendida. Incapaz de detener las agresiones, y en un contexto de baja autoestima, la víctima llega a asumir como normal las agresiones. Su mente las asocia a un “castigo merecido” por algo que han hecho mal.
  • Pérdida de control. Las víctimas dejan su vida y todo lo que está relacionado con ella en manos de su agresor. Se vuelven personas pasivas, esperando siempre las órdenes y directrices de los demás-
  • Incapacidad de reaccionar. Cuando las agresiones son ya constantes, las víctimas dejan de reaccionar. Incluso pueden llegar a mostrar indiferencia.
  • Llegan a identificarse con su agresor. Las víctimas llegan a creer que son merecedoras de la agresión. Su sometimiento es tal que llegan a empatizar con su agresor, creyendo que todo lo que hace, lo hace por su bien. Su relación llega a basarse en la total dependencia.

Las cuatro fases del maltrato psicológico

A continuación, describiré las cuatro fases principales del maltrato psicológico, y estas son:

  • Fase de calma. Es una fase donde todo está calmado. No hay desacuerdos, y todo se vive de un modo tranquilo. La víctima empieza a sentirse segura y en calma, ya que piensa que ha conseguido calmar la rabia y la ira de su agresor con su “buen comportamiento”.
  • Fase de tensión. Comienzan a aparecer, de nuevo, los pequeños desacuerdos. El agresor comienza a sentirse cuestionado por la víctima, y su ira comienza a aumentar. La tensión entre agresor y víctima comienza a crecer. Llegan la violencia verbal, que puede estar acompañada por la física. Al principio suelen ser sutiles, pero pronto llegará aumenta su intensidad. El agresor comienza a imponer su poder mediante la violencia hasta que consigue doblegar de nuevo a su víctima.
  • Fase de explosión. Es cuando la tensión acumulada llega hasta un extremo tal, que el agresor siente la necesidad de descargar toda su ira hacia la víctima. En esta fase se producen agresiones muy graves tanto físicas como psicológicas. La víctima se convierte en el objeto donde el agresor puede volcar toda su rabia y frustración.
  • Fase Luna de Miel. Cuando el agresor ha conseguido doblegar por completo a tu víctima, comienza a calmarse de nuevo. Quizás hasta le pida perdón. Pero de todas formas intentará que todo vuelva a la calma, y la víctima baje de nuevo la guardia. Utilizará un lenguaje y una actitud incluso cariñosa, destinada a que la víctima se quede a su lado, y no cuestione lo sucedido. Pero es una situación ficticia e interesada.

Y todo este ciclo volverá siempre a darse uno y otra vez, ya que el agresor siempre querrá someter a su víctima y conseguir de ella todo lo que se proponga. La única manera de romper ese círculo es que la propia víctima logre darse cuenta de lo que sucede, decida escapar de ello, y pida ayuda.

Cómo defenderse del maltrato psicológico

  • Acepta lo ocurrido. Lo primero es entender que ha ocurrido y aceptarlo. Has sido víctima de un maltratador psicológico. No caigas en el error de justificar sus acciones, nadie merece ser agredida ni maltratada. Es hora de volver a encontrarte y salir de ese círculo vicioso.
  • Déjate ayudar. Es importante para superar lo ocurrido, tener el apoyo de tus seres querido. Has estado aislada hasta ahora. Comienza a explicar a esas personas todo lo que has sufrido. Indícales cómo te pueden ayudar, y déjate envolver por sus apoyos y amor.
  • Escúchate. Verbaliza todo lo que ha sufrido, y cómo te ha tratado tu agresor. Analiza sus palabras y sus acciones, y sobre todo como te hacían sentir. Es fundamental que logres identificar todo lo que ha sucedido. Es hora de sacar valiosas lecciones de todo lo malo que has vivido.
  • Comienza a distanciarte emocionalmente de tu agresor. Si has decidido no volver con tu agresor, no lo hagas bajo ninguna circunstancia. Esa persona jamás cambiará, y solamente lograrás volver a caer en el maltrato. Así que mantente firme, y mira hacia adelante.
  • Busca ayuda profesional. No vas a sanar las heridas por ti misma. Son demasiado profundas para que desaparezcan sin más. Debes tratarte psicológicamente. Con esfuerzo y tiempo, esas a dolorosas heridas del alma, sanarán.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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