Tomar decisiones, ¡atrévete a elegir!

Tomar decisiones

La vida es una constante decisión. A cada paso que damos se nos abren varios caminos que tomar. Las decisiones son constantes y esenciales en la vida de todo ser humano. Cada persona debe elegir acerca de diferentes aspectos en su día a día. Por ese motivo debemos aprender a tomar decisiones, ya que el simple hecho de no hacerlo repercutirá en nuestra vida e incluso en nosotros mismos.

Es cierto que a veces podemos tener la suerte de que las cosas se resuelvan por sí mismas, pero no es lo normal. Todo requiere un esfuerzo y una elección por nuestra parte. No podemos no hacer nada. Somos parte activa de nuestra vida, y somos los dueños de nuestras decisiones.

Toda nuestra vida está definida por nuestras decisiones, sean tomadas de un modo consciente o inconsciente. Estas pueden determinar nuestras carreras profesionales, nuestras relaciones, nuestra autopercepción, o de nuestra vida completa. Incluso al no elegir ya estamos decidiendo.

Si tomar decisiones es tan fundamental en nuestras vidas, ¿por qué podemos ser incapaces de hacerlo? La razón es por el miedo, y porque al hacerlo nos arriesgamos a que algo nos salga mal. Nuestra autoestima tiene un papel fundamental en la capacidad de tomar decisiones. Debemos aprender a elegir.

Aprende a tomar decisiones

Saber tomar las decisiones correctas es un aprendizaje difícil y complicado. Para todas las personas supone un esfuerzo hacerlo. Cualquier decisión repercute en nuestra vida, y en nuestro futuro. Debemos aprender alguna forma que nos permita elegir de un modo natural y rápido.

El futuro se formará mediante nuestras decisiones

Nuestra vida está estrechamente definida por las decisiones que tomamos. Por ejemplo, quizás aceptes un trabajo que prometía una serie condiciones que luego no se cumplen. En ese momento estará en tu mano la decisión de seguir en ese puesto laboral o dejarlo. Todo está en tu mano y en lo que estés dispuesto a aceptar. Sea lo que sea es tu decisión, y sólo repercutirá en ti.

Como pasa en el ejemplo, en cualquier toma de decisión debes dejar a un lado los aspectos sentimentales, así como las ideas preconcebidas. Una vez que seas capaz de elegir sin tener en cuenta los aspectos más superfluos, podrás elegir con mayor exactitud.

Abandona tu zona de confort

Toda decisión lleva consigo un riesgo. No podemos acertar siempre, y nos aterra fallar. Ese miedo hace que nos paralicemos y no seamos capaces de elegir. A veces podemos optar por no hacer nada, y permanecer en una zona de confort donde nos sentimos seguro y protegidos.

¿Qué es la zona de confort?

Nuestra zona de confort es aquel ambiente o aquellos comportamientos que nos hace sentir seguros. Abarca todo aquello que ya conocemos y controlamos. Podríamos definir la zona de confort como un comportamiento en el cual no aporta riesgo para la persona.

El concepto de zona de confort se refiere al estado psicológico que nos permite estar seguros, sin experimentar ansiedad ni miedo. Es un espacio que conocemos y en el cual nos sentimos cómodos, ya que lo controlamos todo allí.

En la zona de confort no tenemos que tomar decisiones. No tenemos que asumir ningún riesgo. Simplemente debemos tomar una actitud pasiva y controlable. Sin embargo, cuando caemos en esa trampa, caemos en la cuenta que ese comportamiento nos impide experimentar, conocer nuevas personas, y vivir plenamente. Por ese motivo debemos dejar atrás lo antes posible esa zona de confort. Al hacerlo provocaremos un crecimiento personal que nos llevará a tener unas mejores expectativas de vida, aumentando a su vez nuestras habilidades y capacidades, y teniendo la oportunidad de tener una vida satisfactoria y llena.

Al dejar la zona de confort, tomaremos inevitablemente conciencia de nuestros retos vitales, de nuestros miedos, y en general de nuestras capacidades reales. Cuando lo hagas sentirás miedo, y tu estrés se elevará porque estarás batallando con lo desconocido, pero por el contrario te enriquecerás en vivencias y experiencias. Estarás viviendo de verdad.

Qué debemos tener en cuenta para tomar decisiones

-Identificar tus objetivos.

Cada vez que nos enfrentamos a una decisión debemos conocer el propósito de cada opción que podemos elegir. Por ejemplo, si queremos dejar de tener una relación con alguien, deberemos elegir alejarnos de esa persona. Nuestra elección tiene una meta concreta. Identificando nuestros objetivos sabremos qué camino seguir, y qué elecciones debemos realizar.

-Ten en cuenta tus preferencias.

Cuando nos enfrentamos a un problema, lo vemos siempre bajo nuestra perspectiva. Siempre es positivo buscar otras formas de ver los problemas que nos obligan a tomar decisiones. Tener distintos puntos de vista nos puede aportar una nueva visión de nuestras preferencias, pudiendo tomar la decisión que mejor nos convenga.

-Considera la repercusión de cada opción.

Todas las opciones posibles tienen sus propias consecuencias. Cada decisión que tomemos nos llevará a un camino u otro. Por tanto, si tienes en cuenta todas las posibles repercusiones pueden realizar la decisión que mejor se amolde a tus objetivos.

Cuando nos atormenta tomar una decisión

Ya sabemos que la toma de decisiones es uno de los procesos que más nos puede angustiar. Más aún si hablamos de decisiones importantes, que pueden afectar de un modo irremediable nuestra vida personal, profesional o sentimental.

El miedo que nos produce la toma de decisiones no llega a paralizar de un modo fulminante. No controlamos el futuro, y tememos que nuestras decisiones nos afecten de tal manera que no seamos capaces de reaccionar. Pero lo importante es saber que mientras el miedo te paraliza, impidiéndote tomar las decisiones que deberías realizar, tu vida sigue su curso. La vida no se para por tus miedos.

Nuestros miedos hacen que no podamos pensar con claridad, aunque en el fondo sepas lo que quieres conseguir. El miedo es irreal, y solamente está en nuestra cabeza. Tememos cosas que nunca ocurrirán. Nos angustiamos por nuestro modo de pensar, y por nuestra actitud.  Deshacernos de ese miedo, es el primer paso para vivir plenamente tomando todas las decisiones que consideremos oportunas.

Qué tener en cuenta antes de tomar decisiones

Para tomar decisiones, un buen consejo es que te contestes a estas preguntas:

-¿Esta decisión conlleva un peligro muy elevado?

La mayoría de los casos, nuestras decisiones no conllevan un peligro tan elevado de vida o muerte. Ninguna decisión que tomes va a representar un peligro inminente y vital. Así que céntrate, quizás tengas que realizar cambios bruscos e importantes, o quizás tengas que salir de tu zona de confort, o que tengas que hacer cosas que se escapan de lo habitual, pero jamás supondrán un peligro para tu vida.

Si tienes esta cuestión clara, debes pasar a la siguiente pregunta: ¿Qué  decisión tomar aunque mi vida no dependa de ello? Y pasamos a la siguiente cuestión.

-¿Te da paz y tranquilidad la decisión que vas a tomar?

Siempre hay una opción que nos aporta la paz interior que necesitamos. Todas las respuestas están en nuestro interior. En el fondo podemos hacer frente a todas las incertidumbres que se nos presente, ya que sabemos siempre que camino es el correcto, y es aquel que en nuestro interior nos provoca un rotundo “sí”.

-¿Qué pasaría si aun así no supiéramos cuál de las opciones es la correcta?

Para saber que opción es la correcta, primero debemos saber qué queremos. Si no es así, nos resultará complicado tomar una decisión. Por ese motivo debes plantearte que quieres conseguir, y de ese modo sabrás cuál es el camino que debes tomar. La experiencia te marcará el camino. Déjate llevar.

Cómo debes tomar decisiones

  • Todos los días debemos tomar decisiones. Algunas de ellas son superfluas y de poca importancia como por ejemplo qué comer o cenar. Pero para aquellas decisiones más importantes u complejas podemos seguir los siguientes pasos:
  • Ten en cuenta cuál es el objetivo o fin de tus decisiones.
  • Reflexiona acerca de todas las opciones que existen antes de elegir cuál es la mejor.
  • Analiza las ventajas y desventaja de cada opción.
  • Identifica la mejor opción.
  • Actúa y decídete.

Responsabilízate de tus decisiones

Todos somos dueños de nuestras decisiones. Al final somos los que elegimos y debemos asumir ese hecho. A veces nos equivocaremos, es inevitable. Si esto ocurre, y te caes, levántate, sacúdete el polvo, y vuelve a intentarlo. Toda decisión, aunque esta sea mala, es un aprendizaje. Sé una persona positiva y toma los errores como una parte de la vida. No te dejes vencer por el miedo, y no dejes que te paralice. Tus decisiones son tuyas, y tu vida es tu vida. Así que vive de forma plena y siempre siendo tú mismo, con tus errores y tus aciertos.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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