Adicciones
El ser humano suele desarrollar adicciones como método de protección ante sentimientos que no pueden tolerar ni soportar (como por ejemplo, la ansiedad, autoestima baja, inseguridades, etc.). La adicción al amor es una vía de escape a emociones que no se quieren afrontar. De ese modo, el adicto evita estar consigo mismo, con su sufrimiento y su pesar.
La adicción siempre lleva a consecuencias totalmente dañinas. Al principio está la novedad, el momento de subida. Aquello a lo que somos adictos nos proporciona nuevas sensaciones placenteras. Pero una vez desarrollamos ese hábito, la adicción se volverá altamente nociva. Cada vez tendremos que consumir más para tener la misma sensación placentera del principio. Es un círculo vicioso, difícil de dejar atrás.
La persona adicta siempre preferirá vivir en un permanente autoengaño. Todo para justificar su comportamiento adictivo y seguir consumiendo. Solo cuando la persona cae muy abajo, cuando puede darse cuenta de la problemática que sufren. Es en ese momento, cuando la persona decide buscar ayuda, ya sea familiar como profesional. Es difícil escapar de aquello que nos aleja de nuestro sufrimiento, aunque sea de forma momentánea y ficticia.
La adicción al amor
La adicción al amor, como ocurre con todas las adicciones (ya sea esta a sustancias o hábitos), la persona adicta dirigirá todos sus esfuerzos y su tiempo para “amar” a la persona que es objeto de su adicción. Este tipo de personas, valorarán el amor hacia la otra persona, incluso por encima de sí mismo. Su idealización por el ser amado le llevará a padecer diversas obsesiones.
El comportamiento adictivo hace que la persona llegue a descuidarse a sí mismo y a sus necesidades, llegando a dejar a un lado aspectos importantes de sus vidas, y su bienestar, así como sus demás relaciones sociales y familiares.
Las adicciones al amor no necesariamente pertenecen a las relaciones románticas o sexuales. El amor del adicto puede ir dirigido a sus amigos, a sus familiares, a figuras religiosas, a personas famosas, etc.
El objeto principal de la fantasía de un adicto al amor son las expectativas que este tiene al hecho de que la persona amada, conseguirá aliviarle de todos sus problemas. Es decir, que el amor le cuide y le proteja de todo lo malo que pueda aparecer en su vida. Cuando estas perspectivas no se llegan a cumplir, la persona adicta puede llegar a sentirse resentido, creándose conflictos dentro de la propia relación, y con la relación con los demás.
Cuando alguien padece una adicción al amor, se involucra en ello, en cuerpo y alma. Llegan hasta el punto de no tener en cuenta sus propias necesidades vitales y emocionales. Y por tanto su salud mental y emocional se ve seriamente resentida si no se busca ayuda de inmediato.
¿Cómo reconocer a una persona adicta al amor?
- Enamoramiento rápido, aunque sea de una persona desconocida. La adicción al amor lleva a la persona a sentirse tan atraído por alguien, que cree estar enamorado desde el primer momento que conoce a esa persona. Su necesidad de sentirse amado se acrecentará. La idealización es uno delos síntomas principales de una persona adicta al amor.
- Fantasea con una vida idílica con el ser amado. La persona adicta siempre estará idealizando a la otra persona y a la relación que tiene con ella.
- Necesidad de tener pareja. No importa con quién, cuándo ni dónde. Este tipo de personalidades poseen una necesidad vital de tener una pareja. Por ese motivo caen en relaciones tóxicas y dañinas. Ya que es solo necesidad.
- Aferrarse al pasado. Suelen recordar todas las relaciones anteriores. No llegan nunca a superar aquellas relaciones que terminaron. Siempre las recuerda con anhelo, sobre todo cuando están sin pareja.
- Miedo intenso a la soledad. A este tipo de personas les resulta imposible permanecer sin pareja. Es una necesidad vital para ellos. Y lo intentarán sin mirar el coste emocional que puede acarrearles.
- Abandona a otras personas por estar con su pareja. Los adictos al amor suelen descuidar o incluso abandonar a su círculo más cercano (amigos, familiares, etc.) con tal de pasar más tiempo con su pareja.
- Cambia de gustos por satisfacer a la otra persona. Las personas con adicción al amor le dan una atención obsesiva a su pareja, olvidando sus propias necesidades. De ese modo, siempre el adicto termina dejando aquello que le gusta por lo que le gusta hacer a su pareja.
- Es coloso/a. La baja autoestima es una de las características de un adicto al amor. Esa misma inseguridad personal le empuja a padecer celos, propiciados por el miedo a estar solos y que la persona amada se vaya de su lado.
Posible origen de la adicción al amor
Las personas que se vuelve adictas al amor, generalmente es debido a que poseen un antecedente de abandono por las personas que más deberían haberle querido, como pueden ser sus padres o cuidadores primarios (abuelos, tíos, tutores, etc.). Podemos reconocer al adulto adicto al amor como el niño que no podía cubrir sus necesidades de amor y cariño con sus padres o cuidadores.
Las vivencias en la niñez tienen su repercusión en la vida adulta. Si dichas experiencias son pobres, emocionalmente hablando, afectará a nuestra autoestima. Y una vez que nuestra percepción de nosotros mismos esté dañada, ello nos llevará a tener relaciones con los demás y con nosotros muy nocivas y dañinas.
Cómo superar la adicción al amor
Toda adicción requiere dos cosas principales. La primera es reconocer que se padece una adicción, y la segunda es conocer el porqué de ese comportamiento adictivo. Recuperarse de la adicción al amor requiere que la persona haga un ejercicio de descubrimiento acerca de si mismo, y para ello siempre será necesario la ayuda de un profesional.
Tratar toda adicción requiere que la persona también conozca el alcance de su comportamiento, tanto para ella misma como para todos los que le rodea. Así mismo, la persona tendrá que despedirse de su antiguo “yo”, por lo que requerirá que haga su propio duelo, y vaya dejando atrás sus antiguos hábitos, comportamientos y conductas.
La adicción al amor es más difícil de tratar que las adicciones a sustancias. Estas últimas se van dejando de consumir, y se trata la dependencia mental. Pero tratar a un adicto al amor es difícil, ya que el amor es necesario para el ser humano. Por ello se debe tratar reconduciendo su concepción acerca del amor. Tiene que aprender que es un amor sano y que no lo es, así como cubrir sus necesidades de relaciones amorosas e íntimas sin caer en conductas dañinas y obsesivas.
La persona adicta al amor debe aprender a interrumpir su comportamiento adictivo. Ello se consigue mediante una psicoterapia continuada. Gracias a ella se podrán establecer estrategias que puedan servir para reconducir la conducta y pensamientos del adicto.
Como el adicto a sustancias, el adicto al amor debe permanecer “sobrio”. Esa sobriedad es la firmeza de no caer en los mismos comportamientos y hábitos dañinos.
En su tratamiento, el adicto al amor debe comprometerse a:
- Asistir sus propios sentimientos, emociones, y conductas.
- Prestar atención a sus propias necesidades.
- Ocuparse de sí mismo.
- Definir y cumplir los límites saludables en sus relaciones.
- Aceptar la responsabilidad acerca de su propia felicidad, seguridad y bienestar.
- Reconocer la propia fortaleza y sus propias debilidades.
- Ser consciente de la propia realidad.
Que puede hacer la persona en los momentos de debilidad:
- Realizar actividades que te permitan meditar, reflexionar y estar relajado.
- Dormir convenientemente.
- Consumir alimentos saludables.
- Volver a realizar actividades que te gusten como por ejemplo pintar, caminar, leer, etc.
Ten en cuenta que las adicciones nos permiten evadirnos de todo aquello que somos. Pero no podemos huir de nosotros mismos para siempre. Abandonar la adicción nos permite reencontrarnos de nuevo. Así que disfruta de ti mismo, y aprovecha la oportunidad de volver a encontrarte. Todo se puede superar. Solo necesitas tiempo y ayuda.
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online