Parejas Tóxicas

Parejas tóxicas

Cuando dos personas deciden iniciar una relación sentimental se inicia un proyecto vital común. Es la unión de dos personas independientes, y cada cual trae su propia “mochila”, es decir, cada uno de los miembros que conforman una pareja sentimental ha tenido sus propias vivencias y experiencias vitales. Con el tiempo todo ello sale a flote. Es entonces cuando pueden hallarse obstáculos, y aquí donde podemos caer en ciertas trampas mentales que pueden convertir una relación en tóxica y dañina. Así, una relación de pareja puede convertirse en una de las denominadas parejas tóxicas.

El nivel de toxicidad de una relación está relacionado con el nivel de sufrimiento que se experimente dentro de la pareja. Para tener una buena salud emocional y sentimental es imprescindible conocer las trampas mentales que pueden llevarnos a vivir un infierno dentro de nuestra relación sentimental.

Los amores tóxicos tienen como punto en común el hecho de convertir una relación en algo tortuoso, lleno de sufrimiento y dolor. Son relaciones donde priman las emociones negativas, la necesidad de control y la posesión. El amor queda a un lado para centrarse en las necesidades de la pareja tóxica. Muchas parejas pueden estar vinculadas de manera tóxica durante años, transformando su vida en un calvario insoportable. Por esa razón, es bueno lograr identificar el momento a partir del cual una relación ya no es sana y así lograr evitar daños mayores. Hay que evitar caer en una de las parejas tóxicas que trataremos a continuación.

Algunos tipos de parejas insanas

A continuación veremos los tipos de parejas tóxicas más comunes:

  • Parejas controladoras. Este tipo de parejas se caracterizan por el control que intenta ejercer uno de los miembros hacia el otro. Todo ello es fruto de la baja autoestima. El control le proporciona seguridad. Saber qué está haciendo su pareja es el objetivo para sentirse bien. Es un control que acaba asfixiando a la otra persona y la salud emocional de la pareja se ve inevitablemente mermada.
  • Parejas pesimistas. En este tipo de relaciones la queja y el reproche siempre están presentes. La pareja no siente felicidad. Por tanto, el estado de ánimo de ambos se ve mermado. Es una relación que anida en un entorno triste y aislado. Prefieren estar en su mundo particular y oscuro antes de estrechar lazos con el exterior. Ambos miembros de la pareja se retroalimentan mutuamente.
  • Parejas manipuladoras. El intento de manipulación para que el otro miembro de la pareja cubra las propias necesidades es una constante en este tipo de relación. La manipulación es la vía para conseguir lo que quiere. Se puede manipular un tiempo, pero al final la otra persona se sentirá engañada. Es una relación destinada a romperse en el momento que la persona manipulada se dé cuenta del engaño. En las relaciones sentimentales se debe hablar claro y directo siempre. La manipulación a la larga no sirve para nada.
  • Parejas celosas. El temor que podamos tener porque nuestra pareja nos abandone o nos sea infiel es un buen indicador de nuestros niveles de autoestima y necesidad de control. Realmente solamente somos dueños de nuestros actos, por tanto, es inútil intentar controlar a nuestra pareja. Debemos aprender a confiar en nuestra pareja, de sus sentimientos, y de nuestra valía para ser amados y respetados. La confianza es la base de toda relación sentimental emocionalmente saludable.
  • Parejas indiferentes. Son el tipo de relación en la cual uno de sus miembros no tiene en cuenta las necesidades de la otra persona. Solo mirará por su beneficio, no importándole desplazar a su pareja para ello. No tener en cuenta a tu pareja acaba rompiendo cualquier relación.
  • Parejas competitivas. La toxicidad de este tipo de relación reside en querer estar por encima de la pareja. Tener en cuenta los propios logros y remarcar los fracasos de la pareja. Son propias de personalidades inmaduras que ven a la otra persona como alguien a quien batir en todos los ámbitos de la vida. Este tipo de relación a la larga es incapaz de resolver los problemas vitales que van surgiendo, y acaban por distanciarse.
  • Parejas rescatadoras. Son parejas que nacen con la condición de que uno de los miembros necesita cuidar del otro. Debe rescatar a su pareja. Este tipo de personas buscan personas incompetentes o con problemas serios de cualquier índole, y vuelcan su esfuerzo en apoyar y cuidar a esa persona. De ese modo se crea una relación de total dependencia, donde la persona cuidadora guía al otro miembro de la pareja, y la persona que es cuidada necesita del apoyo de la otra persona.
  • Parejas infieles. Cuando se rompe la confianza y el compromiso se produce un desequilibrio que genera culpa e insatisfacción Aparte una vez que la confianza se rompe no se recompone del todo.
  • Parejas demandantes. Son ese tipo de relación en el cual uno de los miembros exige la total dedicación por parte de la otra persona. Es una relación donde prima los celos y la posesión. La pareja que debe cubrir todas la demandas del otro es considerada un objeto para conseguir cubrir las propias necesidades.
  • Parejas maltratadoras. El maltrato físico o/y psicológico es fruto de una personalidad controladora y agresiva. Necesita someter a su pareja con tal que esta acceda a cubrir todas sus necesidades. La agresión garantiza a la persona maltratadora poder controlar su entorno cercano y a la persona que tiene a su lado.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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