Diferencias entre depresión endógena y exógena

Diferencias entre depresión endógena y exógena

La depresión endógena es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una profunda tristeza, una gran desesperanza, y una notable apatía. En la depresión endógena, el detonador o estresante es una alteración química y funcional de nuestro cerebro. Mientras que la depresión exógena es por causas ambientales o factores externos. Es importante conocer las diferencias entre depresión endógena y exógena.  

La depresión exógena, también denominada reactiva o situacional, es un trastorno de ánimo muy común en el ámbito clínico. Sus causas se deben a un acontecimiento que nos merma nuestro ánimo, arrojándonos a una profunda tristeza. Puede deberse, por ejemplo: a un fallecimiento de un ser querido, a una separación, problemas laborales, o una situación que nos genere mucho estrés, durante mucho tiempo. 

Como podemos observar las diferencias entre depresión endógena y exógena es la causa que la provoca. En la endógena está producida por una alteración química cerebral. En cambio, la depresión exógena tiene como causa un factor ambiental que altere nuestro estado de ánimo. 

Diagnóstico de la depresión endógena y exógena 

En la depresión endógena al no haber factores externos que nos indiquen su causa, dificulta su comprensión tanto por el entorno de la persona que la sufre, como por esa persona misma. Un desequilibrio en la química cerebral es suficiente, para sumirnos en una tristeza absoluta que no podemos llegar a entender, pero de la que no podemos escapar sin apoyo ni ayuda. 

El diagnóstico de la depresión exógena es más sencillo, ya que siempre habrá un estresor que desencadene una disminución de nuestro estado de ánimo. Pero en contra tenemos la presión social por mantenernos firmes en la adversidad, y creernos que no podemos caer en la tristeza. La depresión, sea cual sea su causa, debe ser tratada, porque jamás remitirá por si misma. Un acontecimiento que nos ha herido, nos mermará nuestro estado de ánimo. Y este debe ser tratado adecuadamente. Para ello es importante conocer las diferencias entre depresión endógena y exógena. 

Síntomas generales de la depresión 

Existen varios síntomas propios de la depresión, aunque no todas las personas padecen los mismos. Entre la sintomatología general de la depresión encontramos: 

  • Alteración del estado de ánimo: el síntoma principal de la depresión, sea del tipo que sea, es la tristeza. También podemos padecer irritabilidad, agitación, desesperanza, y sensación profunda de vacío.  
  • Alteraciones en la motivación y la conducta: podemos llegar a padecer apatía e indiferencia. Actividades que antes nos eran placenteras y positivas, pueden dejar de serlo por culpa de la depresión. 
  • Alteración cognitiva: la depresión puede afectar a nuestra memoria, nuestra capacidad de atención y de concentración. Además, surgen ideas destructivas, como por ejemplo, podemos llegar a despreciarnos, culparnos por lo que nos ocurre, y por ende, ver mermada nuestra autoestima. 
  • Alteraciones físicas: problemas de sueño, pudiendo padecer insomnio o hipersomnia (dormir en exceso). También pueden aparecer alteraciones en el apetito, problemas digestivos, disminución del deseo sexual, y fatiga. 
  • Alteraciones interpersonales: el estado ánimo bajo puede afectar a nuestras relaciones interpersonales, llegando incluso al hecho de aislarnos del mundo que nos rodea. 

Aunque todos estos síntomas se pueden presentar en todos los tipos de depresión mayor, existen diferencias en la aparición de los síntomas y su intensidad. La depresión endógena y exógena es igualmente incapacitante, dificultando tanto nuestras relaciones sociales y familiares, como el desempeño de nuestras actividades cotidianas.  

Síntomas de la depresión endógena 

Si bien es cierto que la depresión endógena y exógena comparten sintomatología, también lo es que existen diferencias propias. Por ejemplo, la depresión endógena tiene una mayor sintomatología vegetativa, como es la aparición de  taquicardias. 

En la depresión endógena los síntomas presentan una mayor gravedad respecto a la depresión exógena. Incluso existe una mayor probabilidad de aparición de pensamiento suicida. Es una depresión más incapacitante y más difícil de tratar. 

La tristeza es más intensa, desproporcionada, e intrusiva. Además, está acompañada por un sentimiento profundo de vacío, y de falta de interés por el entorno, y por las actividades que antes nos gustaban. También se da una falta de reacción emocional ante estímulos o sucesos positivos. 

No podemos controlar la tristeza endógena, ya que no depende de nada externo, sino de una alteración química interna. Por tanto, se requiere en estos casos, terapia psicológica y farmacológica. Decir que este tipo de depresión responde adecuadamente a los antidepresivos. 

Síntomas de la depresión exógena 

Todos hemos pasado por momentos malos, en los que la vida nos golpea fuertemente, ya sea porque hemos sufrido un robo, hemos perdido un trabajo, hemos sufrido una infidelidad, etc. Son momentos en los cuales existe un desequilibrio negativo en nuestro estado de ánimo. Hay personas que esta clase de sucesos les hace caer en una profunda depresión.  

Incluso todas las personas que sufren depresión exógena, no presentan la misma sintomatología ni con la misma intensidad. Entre los síntomas propios de esta clase de depresión encontramos: 

  • Sensación de tristeza y abatimiento. Es una característica común en todos los tipos de depresión. Y estas emociones negativas surgen siempre por un evento negativo. 
  • Pérdida de interés por todo lo que nos rodea. No encontramos motivación por nada, ni por nadie, llegando a dejar de lado nuestras actividades diarias, y nuestras relaciones personales. 
  • Falta de energía. Toda actividad supone un gran esfuerzo. 
  • Sentimiento de culpa, y pensamientos negativos. 
  • Focalizar la atención hacia pensamientos catastrofistas. 
  • No se dan excesivos síntomas físicos. No se experimenta dolor muscular, cefaleas, o pérdida de peso. Pero sí que se presentan alteraciones del sueño. La persona puede sufrir insomnio o hipersomnia. 

La química de la depresión endógena 

En la depresión endógena y en la exógena, se produce una gran disminución de la serotonina. Pero en la endógena, esta disminución no está causada por factores externos o ambientales, sino que ocurre de un modo biológico.  

En este tipo de depresión existe un alto componente genético, aunque se necesitan varios factores, para que se active este trastorno, como por ejemplo: una gran exposición a un estrés elevado, durante un tiempo prolongado. Esto puede causar una alteración química que puede desembocar en una depresión endógena. 

Se sugiere que en la depresión endógena existe una deficiencia funcional de la noradrenalina en las sinapsis del cerebro. Un aumento en la sensibilidad de estos neuroreceptores aumenta la probabilidad de padecer la temida depresión. 

Como es sabido, la hormona denominada serotonina, es esencial en la regulación de nuestro equilibrio corporal, modulando la activación excesiva. Cuando esta hormona se libera de forma descontrolada, y a la vez los neurotransmisores están afectados, provocan un estado anímico depresivo a quien lo padece. 

Factores que nos predisponen a una depresión exógena 

A la hora de sufrir una depresión, sea cual sea, es importante tener en cuenta diversos factores, como son los genéticos, de personalidad, o ambientales. La unión de estos factores puede hacer que tengamos una predisposición a padecer una depresión. 

Pero estos no son los únicos factores. Entre otros factores a tener en cuenta están: 

  • Las situaciones de estrés durante un tiempo prolongado. 
  • La autoexigencia y el perfeccionismo. 
  • Una baja autoestima. 
  • Presiones familiares, laborales, y sociales. 

Tratamiento para la depresión endógena y exógena 

Existe un tratamiento en común para la depresión endógena y exógena, y es la psicoterapia. Cuando caemos en la depresión, no podemos pensar que es algo momentáneo y que pasará con el tiempo, pero eso jamás ocurre. Toda depresión que no se trata acaba convirtiendo en un trastorno crónico. Si no tratamos nuestra depresión, los síntomas se volverán más graves e intensos, y con ello nos iremos sumergiendo en un pozo muy oscuro difícil de salir. Para tener un buen diagnóstico es necesario conocer las diferencias entre depresión endógena y exógena 

En la depresión endógena, al tener una causa química en el cerebro, también se recomienda el uso de fármacos en los casos más graves. Los antidepresivos son necesarios para volver a regular el funcionamiento químico de nuestro cerebro. Pero jamás debe ser el único tratamiento. Se debe combinar como ya hemos dicho, con terapia psicológica. 

Así que, si sufres depresión, o crees padecerla, no esperes más y ponte en manos de un profesional que te ayude a superar este difícil trastorno, que es uno de los más comunes hoy en día. Con tiempo y esfuerzo podrá salir de ella. ¡Ánimos! 

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