Cómo son los compradores compulsivos
Es cierto que todos sufrimos ciertos anhelos o carencias emocionales. Hemos sufrido mil y un sabores. Con el paso de los tiempos, la maduración emocional y la experiencia, hace que sepamos gestionar ciertas situaciones adversas o negativas. Pero existen personas que no son capaces de gestionar todo ese dolor, angustia e incertidumbre, y ello les genera un gran nivel de estrés que puede generar un cuadro ansioso. Hay personas que mediante las compras son capaces de controlar en ese momento la acumulación de estrés que han estado soportando. Es un alivio momentáneo, pero les sirve para olvidarse, aunque sea por unas horas de todo el sufrimiento que están padeciendo. En este artículo descubriremos cómo son los compradores compulsivos.
Debemos separar el hecho de comprar cosas necesarias y de primera necesidad, como puede ser los alimentos, productos de higiene, etc., con las compras más caprichosas, como el vestido que tanto nos gusta, o un reloj que hace tiempo queremos tenerlo. El segundo grupo corresponde a compras que, si no se hacen, no ocurre nada, ya que es complementaria y se realizan si tenemos el dinero para ello, y queremos tenerlo en ese momento.
Los compradores compulsivos intentan superar el estrés y la negatividad que le ha proporcionado un mal día, dándose un “premio” por ello, comprándose cualquier capricho que logre distraerlos, aunque sea por un momento de su cruda realidad. Al final las compras se convierten para estas personas, un reducto de paz y bienestar en esos momentos, aunque después se sientan realmente mal consigo mismos por no haber sido capaz de controlarse, y de no saber cómo gestionar todo lo que les está ocurriendo.
Al final vivimos en una sociedad donde nos hace creer que el consumismo nos da bienestar, y personas que anímicamente están realmente mal, caen en esa trampa de comprar, y obtener aquello que anhelan en ese momento, con la intención de intentar sentirse bien, aunque sea por unas horas. Al final, cómo son los compradores compulsivos es cómo es nuestra sociedad. Las compras de productos que no son de primera necesidad, las podemos considerar caprichos, que se pueden obtener de vez en cuando, o premios que ayudan a los compradores compulsivos a lidiar con su realidad.
El perfil de los compradores compulsivos
Si queremos saber cómo son los compradores compulsivos tenemos que tener en cuenta sus características comunes. Quienes realizan compras que responden a una necesidad emocional, son personas llenas de carencias y anhelos que los arrastran desde la más tierna infancia. No saben gestionar de forma madura y adecuada las situaciones adversas, generándole estas un gran nivel de estrés. Estrés que son incapaces de apaciguar ni gestionar.
Quien compra de forma compulsiva intenta llenar un vacío que lo está desgarrando en su interior. Se podría considerar como la búsqueda de un premio que alivie el sufrimiento que han tenido que soportar. Por ese motivo, cuando los compradores compulsivos tienen un mal día, o han tenido una época de mucha angustia y estrés, necesitan salir a comprar. Porque las compras para ellos es su vía de escape y la búsqueda de un alivio momentáneo.
La ansiedad siempre es una mala compañía, y cuando esta no se trata acaba por dominarnos. Una persona sometida a grandes niveles de ansiedad, puede hacer cualquier cosa para intentar apaciguar todo ese desasosiego que sufre en su interior. Las compras les permiten tener algo de control en sus vidas, y conseguir aquello que tanto desean en esos momentos.
Es la primitiva intención de cubrir nuestras carencias emocionales y afectivas con otras cosas. En este caso, las compras intentan acallar aquella voz interior que nos indica que algo no va bien, y que debemos hacer algo al respecto. Para los compradores compulsivos, comprar significa una necesidad, la necesidad de acallar, aunque sea por un momento, todos sus fantasmas personales.
¿Y después de las compras qué?
Lo mismos que ocurre con cualquiera otra conducta adictiva, cuando pasa el momento de euforia que les proporciona comprar, para los compradores compulsivos, ellos vuelven a la su realidad. Una realidad compuesta por el dolor, el sufrimiento, y la angustia. Los sentimientos de culpabilidad aparecen, y la persona se da cuenta de que haga lo que haga no hace que se sienta mejor. Se encuentra en esos momentos, en una situación de un bajón anímico intenso.
Las compras son para los comparadores compulsivos, una necesidad. Lo necesitan para tener un pequeño oasis, o un pequeño momento en el cual librarse de todo ese sufrimiento que llevan a cuestas. Los objetos que compran no son valiosos realmente para ellos, pero cuando sienten la pulsión o la necesidad imperiosa de comprar, esos mismos objetos se convierten en una herramienta de felicidad, aunque sea de forma ficticia e irreal.
Si queremos saber cómo son los comparadores compulsivos debemos detenernos y fijarnos en su autoestima. Las personas que tienen ese tipo de necesidades emocionales, carecen de una autoestima sana y fuerte. Cuando se ha realizado las compras compulsivas, su autoestima se ve de nuevo dañada, ya que son conscientes de que han caído irremediablemente en su propia trampa emocional. Sus carencias personales les empujan a cometer acciones que atentan contra ellos mismos, y le hace más daño a largo plazo.
Después de las compras, los compradores compulsivos, se sienten realmente mal. Vuelven a su cruda realidad cuando “el subidón” que les ha proporcionado las compras, desaparece, y descubren que todas sus carencias, que todo su dolor, siguen en el mimo lugar. Es entonces cuando aparecen pensamientos autocríticos y los sentimientos de culpa. Y todo ello solo hace que agravar la desolación que siente el comprador compulsivo cuando vuelve a su realidad personal.
Cómo salir de ese círculo vicioso
Para poder salir del círculo vicioso que supone el hecho de comprar de forma compulsiva cada vez que nos encontremos mal por una razón u otra, se necesita de ayuda profesional. La terapia es la única herramienta efectiva para poder controlar la pulsión de comprar, y sobre todo, superar todas aquellas heridas emocionales que hemos ido arrastrando desde hace años.
Un psicólogo podrá darte las estrategias necesarias para poder sentirte de nuevo bien, y de ese modo controlar tus necesidades de comprar. Además de mejorar tu estado anímico, te ayudará a mejorar tu autoestima. Es esencial superar todo aquello que tenías pendiente, ya que ello será la clave para ayudarte a no caer en las compras compulsivas. Al final todo queda en pendiente de tu decisión. ¡Adelante!
Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online